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EL CASAMIENTO


Título original
: El casamiento
País y año de producción: Argentina / Uruguay, 2011
Dirección: Aldo Garay
Guión: Aldo Garay
Con: Julia Brian, Ignacio González
Duración: 71 minutos
Calificación: Apta para todo público
Género: Documental
Sitio Web: http://www.elcasamiento-film.com/



Reseña argumental: Esta película narra la peculiar historia de amor y compañerismo entre Julia Brian - transexual uruguaya - e Ignacio González, un exobrero de la construcción. Julia e Ignacio se conocieron una tarde de vísperas de Navidad, hace 21 años, en una plaza. Ambos estaban solos y entonces decidieron pasar juntos las fiestas. Desde ese momento han sido inseparables.

Julia tiene 65 años. Hasta la adolescencia se llamó Oscar Alberto. Poco tiempo después comenzó a travestirse y adoptó el nombre de Julia. En 1993, en el Hospital de Clínicas de la estatal Universidad de la República, luego de rigurosos estudios físicos y psicológicos, se le practicó una operación de cambio de sexo que llevó a Oscar Alberto-Julia a ser el segundo uruguayo que se convertía biológicamente en mujer. Paradójicamente, tuvo que esperar hasta 2005 para que el mismo estado que había procedido, en un hospital público, a cambiarle el sexo reconociera legalmente su nueva identidad femenina.

Ignacio tiene 75 años y se nota lo dura que fue su vida. Malvivió durante años gracias a trabajos precarios y mal pagados, bebió mucho alcohol y vivió en la calle, hasta que conoció a Julia. Ella le dio sosiego y estabilidad en un entorno hogareño. Esta es la historia de El casamiento, con gente común que tuvo la suerte de encontrarse en una plaza…

El director Aldo Garay es conocido por trabajos como La espera (2002), Cerca de las nubes (2005) y El círculo (2008), entre otras.


"TODOS LOS PUBLICAMOS Y LOS PECADORES SE ACERCABAN A ÉL PARA OIRLO. MAS LOS FARISEOS Y LOS ESCRIBAS MURMURABAN Y DECÍAN: ÉSTE RECIBE A LOS PECADORES Y COME CON ELLOS."

Evangelio según San Lucas, capítulo XV, versículos 1 al 32

"El casamiento"

No es casualidad que el acápite de esta nota sobre el film documental de Aldo Garay, El casamiento, haga referencia a las palabras de San Lucas, conocido como el "evangelista de la misericordia", que es citado en una homilía por el sacerdote que oficia una misa, a la cual concurren los protagonistas reales del film: Julia Brian e Ignacio González. De pronto, la posterior reflexión que propone el oficiante a los feligreses, connote cierta ambigüedad, que no está en el claro espíritu del evangelista, ni en la visión muy abarcadora "garayiana".

Esas palabras introductorias de San Lucas, darán lugar a las muy conocidas parábolas de la Misericordia, que muestran enfáticamente cómo Jesús se inclinaba por los más necesitados, y dejaba de lado la mezquindad de los justos (léase fariseos, escribas) que siempre buscaban y apostaban por los triunfadores. De algún modo todos somos hijos pródigos, pecadores. Creo que el realizador conoce muy bien el alcance del texto bíblico y es muy significativo en la historia que documenta.

La óptica de Garay en este largo documental es muy pudorosa, sensible, ascética. Está lejos de la búsqueda del sensacionalismo o de la deformación caricaturesca, muestra las situaciones con verdad y gran honestidad intelectual. Apela a escasos diálogos, al humor, a la ironía, y registra a los agonistas en las gestualidades, en sus particulares rostros, deteniéndose además en pequeños objetos del entorno.

El realizador tiene en su trayectoria, trabajos relevantes como Yo, la más tremendo, Cerca de las nubes, La espera, El círculo - entre otros -.

En este documental sigue las vidas que había dejado truncas en Mi gringa, retrato inconcluso del 2001, las de Julia e Ignacio, la de un ex-obrero de la construcción, que fuese también cuidacoches, que en su soledad se había descaminado, dándose a la bebida; y la de Julia, un travesti, un transexual cuyo trabajo era el de limpiavidrios.

Se conocen muy curiosamente un 24 de diciembre en una plaza pública, y comienzan a convivir juntos. Julia logra hacerse una operación para ser mujer, para cambiar su sexo en un hospital público (1993), que Ignacio también desea y anima.

Hay en el film como pequeños flashbacks que refieren a esa decisión y a otros momentos de sus pasados. Pero Garay los toma desde el instante en el cual Julia le deja en la contestadora de su casa, la buena nueva de que van a casarse con el viejo y la invitación para que sea él, el padrino de la boda. Y Garay retoma su cámara con gran alegría.

El casamiento en sí, no se ve en la película, pero como ha expresado el director "toda la película es el casamiento", de dos personas solas, lastimadas por la vida, en situación de pobreza y pisando la problemática vejez, que se ayudan y comparten el día a día con amor, con rezongos, con la mascota que de forma vicaria los convierte en padres.

A Ignacio en el presente fílmico, le cuesta caminar, y ha comenzado a tener problemas con el habla. Julia es más joven, robusta, su coquetería la lleva a la peluquería para teñirse el cabello, y a pesar de tener que hacerse diálisis tres veces a la semana, es un gran apoyo para el anciano; son en definitiva un mutuo apoyo o sostén. Salen juntos a comer en una placita montevideana muy reconocible, logran mudarse y tener su casita propia. Asumen sus pasados, sus identidades, que en el caso de Julia es un épico y largo camino, y luchan juntos con gran esperanza.

La escena en la cual Garay resuelve el 75 cumpleaños de Ignacio es de una contenida emocionalidad jugada a lo protagónica torta y al delicado canto de Julia. El relato de Ignacio acerca de la devoción que tiene por Julia es otra inflexión conmovedora.

Las imágenes muestran cómo se preparan para el casamiento. Ignacio remoza su viejo traje y la escena en la cual Julia se prueba sus posibles vestidos de novia y capelinas que se dan en alquiler, es magnífica. Los espejos que la reflejan en su entrañable no esteticismo, es todo un hallazgo creativo. Hacen largas caminatas en las cuales la cámara registra el andar inseguro de Ignacio, que tiene que apoyarse en su compañera de vida. La música, los sonidos pianísticos de Daniel Yafalián subrayan las tonalidades de comedia y drama del film. En Julia no hay nostalgia por su pasado, cuando revisa y muestra unas fotos de su ayer en "Hiroshima". Vive con alegría su presente con Ignacio, se quieren y hacen lo posible para ser felices.

Vestidos de fiesta, la cámara los enfoca cuando van a consolidar lo ya consolidado. Garay con gran magisterio muestra la foto fija que se sacaran después del "casamiento", y que es el afiche de un film donde el amor de dos perdedores del sistema gana la partida sobre la discriminación sexual y la situación de calle.

En su desolación, los dos se han concentrado y encontrado en sus dignos corazones como diría el profeta. Y el film no merece otra cosa que ser acogido por el espectador con la misma y austera dignidad de sus "personajes", tan prójimos, tan humanos, tan lejos de una moralidad farisaica.

P. M.


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