
Título original: Star
Wars: The Force Awakens
País y año de producción:
Estados Unidos, 2015
Dirección: J.
J. Abrams
Guión: JJA, Michael
Arndt, Lawrence Kasdan
Con: Daisy Ridley, Adam
Driver, Harrison Ford, Carrie Fisher,
Mark Hamill
Duración: 136
minutos
Calificación:
Apta para todo público
Género: Aventuras
/ Fantástico
Sitio Web:
http://www.starwars.com/the-force-awakens
Reseña argumental: Han
pasado más de treinta años
desde la caída del Imperio Galáctico,
derrotado por la Alianza Rebelde. Luke
Skywalker (Mark Hamill) ha desaparecido,
pero existe un mapa que revela dónde
se encuentra el último guerrero
Jedi con vida. Muchos de los héroes
de antes, Leia (Carrie Fisher), Han Solo
(Harrison Ford), Chewbacca, R2-D2 y C-3PO,
todavía están activos y
luchan en la resistencia. Y es que la
tiranía y la opresión no
han acabado en la galaxia, que todavía
se encuentra en guerra. Una Nueva República
ha surgido, aunque su gobierno es frágil,
un mero títere. Aprovechando la
inestabilidad del sistema político
y las diferencias de las diversas corrientes
republicanas, un misterioso guerrero,
Kylo Ren (Adam Driver), obsesionado con
acabar con los Jedi, amenaza la paz galáctica.
El siniestro Ren lidera la Primera Orden,
una fuerza leal a la memoria de Lord Vader
y Palpatine, surgida de las cenizas del
Imperio Galáctico.
El director J. J. Abrams
es conocido por trabajos como Misión
Imposible 3 (2006), Star
Trek (2009) y Súper
8 (2011). El coguionista Lawrence
Kasdan había dirigido películas
como Reencuentro (1983),
Un tropiezo llamado amor
(1988) y Grand Canyon
(1991).
UN SUTIL REBOOTEO
La acción en El
despertar de la fuerza (2015)
se ubica 30 años después
de El regreso del Jedi,
o sea de la caída del Imperio Galáctico
y su segunda "Estrella de la Muerte"
a manos de la Alianza Rebelde. Todo parecía
estar en paz hasta la llegada de La Primera
Orden, que será enfrentada por
nuevos guerreros, más viejos rebeldes
que los orientarán para intentar
restaurar la tranquilidad en toda la galaxia.
Si bien sagas como la
de Star Wars se vende
sola, el desafío esta vez era para
Disney, que no tenía a George Lucas
como creador. Sí como consultor,
pero nada más que al principio.
Luego se abrió. La historia final
de esta película no terminó
siendo lo que había craneado desde
hace años Lucas. Uno de los guionistas,
Michael Arndt (libretos de Pequeña
Miss Sunshine, Toy Story
3 y Oblivion)
intentó hacer algo muy parecido;
una trabajosa primera versión que
luego tuvo que ser remodelada por Lawrence
Kasdan (coguionista de El Imperio
contraataca y El regreso
del Jedi) para que se pudieran
incluir todo los elementos del universo
Star Wars.
Abrams, quien al final
aceptó el gran desafío de
mantener vivo el espíritu de la
saga, luego de una charla que tuvo con
la productora Kathleen Kennedy, no había
sido la primera opción de Disney
para tomar las riendas de El despertar
de la fuerza, y todavía
sin el personaje de Anakin Skywalker/Darth
Vader. Realizadores de la talla de Brad
Bird y David Fincher habían sido
previamente convocados, pero ninguno aceptó.
Vaya a saber si en realidad pensaban que
valía la pena hacer esta película,
más allá del éxito
asegurado que iba a tener en taquilla.
El resultado conformó,
en general. No tanto a George Lucas, y
mucho menos a cineastas como James Cameron,
aunque sí a realizadores como Steven
Spielberg. Es que lo que se vio fue algo
demasiado parecido a la fórmula
empleada en La Guerra de las Galaxias
(1977) de George Lucas, con un villano
que ni siquiera era un Sith y sí
un caprichoso y ferviente admirador de
Darth Vader, más un superior bastante
parecido a uno de los que figuraba en
la saga Harry Potter…
Daisy Ridley sí
hizo un muy buen papel como heroína
rebelde (con un peinado estilo samurai),
inyectándole la mayor energía
posible a una saga en la que volvían
a aparecer legendarios personajes, como
la Princesa Leia, Han Solo y Luke Skywalker,
entre otros.
Pero en el contexto creado
resultaron un tanto inoperantes, más
allá de la nostalgia abrumadora;
toda la atención se dirigía
hacia un villano que no terminaba de convencer,
dentro de una historia bien llevada, sin
muchas novedades, salvo una sorpresiva
muerte, y un final bastante simbólico,
filmado en las ruinas de un viejo monasterio
cristiano irlandés, y de donde
supuestamente saldrá la tan necesaria
"fuerza" para poder derrotar
a La Primera Orden.
Esta termino siendo la
película más cara de todas
las de Star Wars, la que más dólares
recaudó en la historia de Estados
Unidos (que no significa que fue la que
más entradas llegó a vender)
y la desencadenante de nuevos relatos
que vendrán impulsados desde la
Disney.
Se hace muy difícil
mantener viva la mística de la
saga, cuando el personaje central ya no
está más. Es que todas las
entregas anteriores de Star Wars giraban
alrededor de Anakin Skywalker/Darth Vader.
En cómo un hombre de bien se pasa
al Lado Oscuro y luego se libra del mismo,
recapacitando al ver en peligro a su propio
hijo. El resultado igual es digno, y la
afición, en general, quedó
satisfecha, con nuevas generaciones que
tambien quieren seguir viendo más.
Alejandro
Yamgotchian