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FRAGMENTADO 0


Título original
: Split
País y año de producción: Estados Unidos, 2016
Dirección: M. Night Shyamalan
Guión: M. Night Shyamalan
Con: James McAvoy, Anya Taylor-Joy, Betty Buckley, Haley Lu Richardson, Jessica Sula
Duración: 117 minutos
Calificación: No apta para menores de 15 años
Género: Suspenso / Thriller
Sitio Web:
fragmentado-lapelicula.com



Reseña argumental
: A pesar de que Kevin le ha demostrado a su psiquiatra de confianza, la Dra. Fletcher, que posee 23 personalidades diferentes, aún queda una por emerger, decidida a dominar a todas las demás. Obligado a raptar a tres chicas adolescentes encabezadas por la decidida y observadora Casey, Kevin lucha por sobrevivir contra todas sus personalidades y la gente que le rodea, a medida que las paredes de sus compartimentos mentales se derrumban.

El director indio M. Night Shyamalan es conocido por trabajos como El sexto sentido (1999), Señales (2002) y La aldea (2004).


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Un hombre que padece trastorno de múltiple personalidad (23, de las cuales apenas una cuarta parte se ve en pantalla) secuestra a tres adolescentes y las lleva a su casa. Al mismo tiempo es atendido por su psiquiatra, con quien mantiene una muy buena relación y a la que le sirve como objeto principal de estudio. La razón: hay una vigesimocuarta personalidad que el protagonista dice tener y que es la que rige a todas las demás, algo que quizás linde con lo sobrenatural.

Como un mago, en sus mejores películas el director indio M. Night Shyamalan (El sexto sentido, Señales, La aldea) nos distrae con una cosa para al final mostrarnos otra que nada tiene que ver con la premisa original. Sus propuestas son juegos que al mismo tiempo nos dejan un mensaje por lo general sensible, muy humano, con matices religiosos, de crítica social, concientizadores.

La visita (2015) confirmó su regreso al cine de bajo presupuesto, al suspenso y terror que mejor sabe hacer, luego de algunos traspiés que tuvo sumergido en la industria y en donde, sin embargo, metió una muy buena historia semi-independiente que no escribió ni dirigió pero sí apadrinó: La reunión del Diablo (John Erick Dowdle, 2010), el comienzo de una trilogía que al final quedó inconclusa, a pesar de los buenos resultados en taquilla de esa primera parte.

Siguiendo en esa línea de terror y en especial suspenso, ahora intenta sorprendernos con esta Fragmentado (2016), que también tiene un giro, quizás no tan impactante, más a tono con otros elementos que su director se encarga de ir elaborando a lo largo de la película. Porque toda gira al servicio de su personaje principal, de su trastorno, de sus cambios de personalidad, de la reacción de quienes lo rodean en ese momento e intentan comprenderlo (la psiquiatra) y de quienes intentan escapar de él (las tres adolescentes).

Y una y otra vez la película insiste con eso, a veces jugando con lo imprevisible, con el terror a punto de desatarse y que viene tomando impulso fuera de cuadro, aunque todo termina reduciéndose a un Bates Motel, con una versión de Anthony Perkins elevada a su máxima potencia (al igual que la relación con su "madre", en este caso la profesional), planos que aluden a Psicosis (1960) de Alfred Hitchcock (uno de sus directores preferidos) e incluso alguno hacia otra película de Shyamalan, que no conviene revelar.

Fragmentado es una de las peores películas de Shyamalan. Aquí dejó al desnudo algunas carencias de guión que ya habían empezado a tomar forma con La dama en el agua (2006); también cierta soberbia que no tiene cómo justificar, en el sentido de que el film al que hace alusión tenía un perfecto villano y no un loquillo sobreactuando que pareciera intentar emular a la Sally Field de Sybil (Daniel Petrie, 1976) en un tono lúgubre y con ambiente que mezcla el de El silencio de los inocentes (Jonathan Demme, 1990) con los de las sagas Hostal y El juego del miedo.

Los cables a tierra también fallan; la psiquiatra se va esquematizando progresivamente, perdiendo esa profundidad necesaria como para llegarle a su paciente, y mucho más aún el personaje de la joven coprotagonista, con flashbacks y alusiones que muy poco aportan como para construir un personaje interesante, capaz de enriquecer un poco el relato.

El resultado, de todas maneras, no le hace perder vigencia a Shyamalan, que tuvo la suerte de recaudar bastante con esta película y que ahora se muestra mucho más activo, de cara a nuevos proyectos que seguramente lo harán volver a esa senda que ya había dejado bien marcada en la mente de muchos aficionados al buen cine de género hace poco menos de dos décadas, y que volvió a recordárnosla en La visita.

Alejandro Yamgotchian



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