
Título original: Relatos
salvajes
País y año de producción:
Argentina / España, 2014
Dirección: Damián
Szifrón
Guión: Damián
Szifrón
Con: Darío Grandinetti,
Leonardo Sbaraglia, Julieta Zylberberg,
Ricardo Darín, Érica Rivas
Duración: 122
minutos
Calificación:
No apta para menores de 18 años
Género: Terror
Sitio Web:
www.relatos-salvajes.com/
Reseña argumental:
Una tenebrosa revelación que va
descubriéndose paulatinamente,
a medida que los pasajeros de un avión
van entablando diálogo; la moza
y la cocinera de un humilde bar que hacen
frente a nefasto personaje; dos automovilistas
que se traban en dura lucha y en una desierta
ruta; un ingeniero experto en demoliciones
harto de que la grúa le levante
su automóvil; una negociación
oscura en el marco de una tragedia familiar;
y una fiesta de casamiento que avanza
hacia la catástrofe a partir de
una infidelidad son las historias del
título, escritas y dirigidas por
el argentino Damián Szifrón
(la serie de TV Los simuladores,
el largo Tiempo de valientes,
2005).
DÍAS DE FURIA
En clave de drama y comedia negra, que
queda más bien en la anécdota
pero que se enmarca dentro de un cine
de género llamativo para lo que
suele ofrecerse en circuito comercial,
el espectador es testigo de seis historias
donde las reacciones impensadas, a veces
explosivas, a partir de situaciones en
principio cotidianas y con ciudadanos
comunes y corrientes, son factor común.
Por lo general los personajes principales
de Relatos salvajes (2014)
se ven psicológicamente desbordados,
apelando a soluciones drásticas,
riesgosas, radicales, como único
camino para poder salir a flote, y en
donde la violencia asoma como una de las
indispensables armas de combate.
Esta coproducción entre Argentina
y España fue nominada al Oscar
a Mejor Película Extranjera, y
obtuvo numerosos premios en festivales
de cine de todo el mundo; la mayoría
del público. De hecho, este fue
uno de los trabajos más taquilleros
de toda la historia del cine argentino.
Y es razonable que muchos se identifiquen
con parte o bastante de lo que aquí
transcurre, con esas luchas personales
donde la música de Santaolalla
parece acompañarla con acordes
"morriconianos", donde reconocidas
figuras del cine, el teatro y la televisión
argentina les imprimen en ocasiones gran
intensidad (el oficio y aplomo de Oscar
Martínez, tratando de encubrir
a su hijo de un accidente; Érica
Rivas descubriendo la infidelidad del
flamante marido en su propia boda), y
donde uno también se pregunta,
en medio de hechos un tanto inverosímiles,
inusuales, cuánto hay de realidad
en todo esto, o si acaso esto último
al final importa.
El director Damián Szifrón
declaró que una de las inspiraciones
para este trabajo fue Cuentos
asombrosos (Steven Spielberg,
William Dear, Robert Zemeckis, 1987),
y es probable que no haya sido solamente
por la estructura narrativa en sí.
En algunos casos los relatos se plantean
con demasiadas coincidencias (como en
el cuento del avión, el primero),
coquetean demasiado con la ficción
(la resolución de la historia del
ingeniero, protagonizada por Ricardo Darín,
o la de la moza - Julieta Zylerberg -
enfrentada al político que destrozó
a su familia), o resultan más bien
excepcionales (el del hombre que le obstaculiza
el paso a Leonardo Sbaraglia en el relato
de los autos en la ruta y luego reacciona
de manera bastante exagerada; la reacción
del matrimonio en el cuento final).
Y ahí es donde hay un terreno donde
esas historias cuyas raíces provienen
de la vida real toman un color distinto,
adquieren un tono tragicómico,
que las desmarca y bastante de un ineludible
referente como Un día de
furia (1993), con Michael Douglas
(en su actuación favorita) enojadísimo
con la sociedad, y cuyas reacciones lo
llevan de justiciero a víctima
del sistema, y de lo racional a la locura.
Cuando se filmó la película
de Schumacher, la sociedad norteamericana
seguía convulsionada (especialmente
en California) por hechos de racismo y
las consecuentes y violentas manifestaciones,
que incluso llegaron a interrumpir la
filmación de su trabajo…
AY