
Título original: Shallow
Hal
País y año de producción:
Estados Unidos, 2001
Dirección: Bobby
y Peter Farrelly
Guión: Sean Moynihan,
Bobby y Peter Farrelly
Con: Gwyneth Paltrow,
Jack Black, Jason Alexander, Joe Vieterelli
Duración: 113
minutos
Calificación:
Apta para todo público
Género: Comedia
/ Drama / Romance
Sitio Web: http://www.shallowhal.com/
Reseña informativa:
A lo largo de la historia, pocos conceptos
han sido tan estudiados como la naturaleza
de la belleza. Filósofos, poetas,
científicos y teólogos han
reflexionado y se han inspirado gracias
a sus múltiples formas y misterios.
Algunos la encuentran en las maravillas
de la naturaleza, otros en una sonrisa
sencilla y enigmática. Incluso
existen aquellos que han viajado a los
confines de la Tierra y más allá
en búsqueda de la misma. Pero después
está Hal Larsen, el tipo superficial
por excelencia. Hal encuentra la belleza
solamente en supermodelos y chicas de
portadas. Lo primero en lo que se fija
en una mujer es, bueno, su físico.
Hal ni siquiera considerará salir
con alguien con un cuerpo, sonrisa y sentido
del estilo que no sean menos que perfectos.
Sin embargo, después de una hipnosis
improvisada llevada a cabo por el gurú
de autoayuda Tony Robbins, la opinión
de Hal con respecto a las mujeres da un
giro de 180 grados; ahora puede ver en
ellas su verdadera belleza interior. Les
presentamos a Rosemary (Gwyneth Paltrow),
una voluntaria del Cuerpo de Paz, sumamente
pasada de peso. Hal, que se imagina la
bondad y el humor de Rosemary como si
fueran un nirvana físico femenino,
queda instantáneamente impresionado
y un romance idílico da inicio.
Cuando el hechizo se rompe, Hal deberá
enfrentar a una Rosemary irreconocible
y aprender una de las lecciones más
importantes de la vida.
Los hermanos Farrelly son conocidos por
haber hecho comedias como Tonto
y retonto (1994), Loco
por Mary (1998) e Irene,
yo y mi otro yo (2000).
Curiosidades:
Amor ciego surgió
de la mente de Sean Moynihan, un ejecutivo
de marketing de software computacional,
ya retirado, que había impresionado
a los Farrelly con algunas cartas divertidas
que había escrito. Peter y Bobby
se divirtieron tanto leyendo la correspondencia
de Moynihan que lo alentaron a emprender
una carrera en guionismo. Moynihan presentó
un guión titulado “Eye of
the Beholder”, acerca de un hombre
que aprende a ver la belleza interior.
Intrigados con la premisa, los Farrelly
desarrollaron el guión junto con
Moynihan.
La mujer obesa
que se ve en varios fragmentos de la película
no es otra que la propia Gwyneth Paltrow
pero con un maquillaje que le llevó
cuatro horas de sesión y un traje
de obesa que incluso lo probó saliendo
a caminar por Nueva York, quedando sorprendida
al ver que nadie la miraba.
SORPRESA EN LA FAMILIA
A lo sumo, uno imaginaba que el tradicional
humor, basado en ridiculeces, de los hermanos
Farrelly iba a ser expuesto en menor grado
que en sus anteriores (y exitosos) trabajos,
al momento de ver cómo venía
la mano en Amor ciego
(2001). Pero hete aquí que el supuesto
pequeño cambio fue una sorpresa
bastante grande a medida que iban transcurriendo
los minutos de esta comedia... ¡dramática!.
O, mejor dicho, de este drama con toques
de comedia donde del tema de la obesidad
se pasa a otros como la fealdad, la imperfección,
la discapacidad física; en fin,
a los que algunos consideran "diferentes".
No vamos a colocar este trabajo a la
altura de Freaks / Fenómenos
humanos (Tod Browning, 1932),
claro, pero tampoco en la misma línea
de otros productos industriales que ponen
a un raro y lo rodean de secundarios con
caras largas (la lista sería interminable)
acompañados de bandas sonoras edulcorantes.
Es relativamente original la idea de Sean
Moynihan y es por demás correcto
el desenvolvimiento narrativo de los Farrelly.
Amor ciego (2001) maneja
muy bien situaciones de humor ingeniosas
que luego se filtran con calidad en otras
que no llegan para nada al golpe bajo
y que mantienen un digno equilibrio emocional,
algo que envidiarían muchas comedias
recientes (latinas, estadounidenses y
europeas) que ya han intentado hacer esto
y con resultados lapidarios. Se hace hincapie
en lo que sienten las partes supuestamente
afectadas pero no haciendo de ellos una
apología a través del diálogo
sino simplemente enfocándolos en
sus diversas actitudes y reacciones, dejando
que el propio espectador saque conclusiones.
No es menos tampoco ese elemento sorpresa
que maneja la película (el antes
y el después de la hipnosis del
protagonista) que abarca al personaje
interpretado por Gwyneth Paltrow (que
realmente actúa muy bien) y que,
además, se extiende a otros que
iban a pasar supuestamente inadvertidos.
Lo bueno es que esta película
de los Farrelly se distingue dentro de
una filmografía repleta de comicidades
de todo tipo y también se impone
dentro de su propio lugar de origen como
algo notorio en medio de tanto celuloide
masificado. Y eso, en momentos en que
la carencia de ideas viables (a través
del marketing) es suplantada por el reciclaje
de viejas fórmulas, por la importación
de talentos independientes que deben adaptarse
a la fuerza a algo bastante alejado de
lo artístico, o por el bienvenido
lanzamiento de grandes clásicos
remasterizados, es algo por demás
considerable.
AY