
Reseña argumental: La
película arranca (para los que
nunca vieron la serie televisiva en Cartoon
Network) con la propia historia del pequeño
trío femenino: de cómo aquel
profesor intentaba hacer una niña
perfecta y luego, por un accidente de
su asistente, el mono Mojo Jojo, el experimento
terminó con resultados tan sorprendentes
como inesperados. De ahí en más
surgieron no una sino tres chicas, con
poderes especiales que al principio no
podían dominar y que luego usan
para intentar detener al malvado... Mojo
Jojo; sí, el mismísimo ayudante
que planea tomar el control de la ciudad
donde transcurre la acción. Pero
antes deberá pasar sobre los cadáveres
de Bombón (la jefa), Burbuja (coqueta
e ingenua) y Bellota (la camorrera que
no anda con vueltas), que están
muy enojadas por haber sido engañadas.
Qué mejor oportunidad, entonces,
de ganarse el corazón de los habitantes
del Alcalde y los habitantes de Saltadilla.
El director de Las
Chicas Superpoderosas: La película
(2002), Craig McCracken, ha trabajado
para series como
Dos perros tontos (en 1993) y El
laboratorio de Dexter (en 1996).
Cabe acotar que Genndy Tartakovsky (creador
de El laboratorio...)
había sido compañero de
clase (y actualmente de trabajo) de McCracken. Este
último ha estado interesado en
el dibujo y la animación desde
los 3 añitos. Parte de la inspiración
para crear la serie televisiva de Las
Chicas Superpoderosas vino del
cómic, los dibujos animados occidentales
(como Los
Súper Amigos) y el animé.
Curiosidades:
En Estados Unidos recaudó muy poco
dinero y varios fans de la serie televisiva
emitida en Cartoon Network le han reprochado
al film el haber sido más concebido
para niños que para jóvenes
y adultos, peeeeeeeero... (ver crítica
más abajo).
Si desean
ver más comentarios sobre esta
serie vayan a la sección "Dibujos
Animados" de Arte7 (perteneciente
al mes de enero).
La fecha
del periódico de la ciudad de Saltadilla,
cuya portada es mostrada varias veces
debido a los constantes sacudones que
recibe tan peculiar metrópolis
(el primer día, cuando las niñas
juegan a la mancha rompiendo todo) es
la misma de la del estreno de Las
Chicas Superpoderosas: La película
en Estados Unidos (3 de julio de 2002).
En lo
que en la jerga periodística suele
denominarse "la oreja de la tapa"
(pequeño cuadrado que se ubica
al costado del nombre del diario) aparece
la foto de Craig McCracken.
Antes
de comenzar el largometraje se exhibe
un corto perteneciente a la serie El
laboratorio de Dexter ("Picadura
de pollo") donde el pequeño
científico cree que la varicela
que invadió su cuerpo es en realidad
una enfermedad peligrosa proveniente de
las gallinas.
INESPERADA
ADAPTACIÓN
Una gratísima
sorpresa. Bien sabido es que las animaciones
sufren una severa transformación cuando
pasan de los cortos de la televisión hacia
la exigente pantalla grande, donde se
busca complacer a un público que no siempre
suele ser el fiel televidente que se sienta
diariamente frente al aparato a disfrutar
su serie favorita, sea cual fuere.
Basta
recordar las películas de los Rugrats,
o simplemente Pokèmon,
que si bien no están mal, llegan a cambiar
lo suficiente (distintos animadores, la
utilización de computadoras, diseños más
sofisticados, etc.) como para no dejar
intacto el espíritu y la frescura de los
capítulos originales de la TV.
Y cuidado
que Las Chicas Superpoderosas: La película
no escapa a esta realidad: también
incorpora la infraestructura que le ofrece
el presupuesto cinematográfico; pero no
abusa de él, y fundamentalmente mantiene
las características de realización que
la hicieron destacarse dentro del mundo
de los dibujos animados, aunque no siempre
por los niños.
Es importante
destacar la solidez del guión, que no
olvida los acontecimientos importantes
en la serie, sino que los incorpora minuciosamente
al desarrollo de la historia: desde la
creación de Bombón, Bellota y la platinada
Burbuja, con la sustancia "X",
hasta el origen del villano más importante,
Mojo Jojo (aunque también aparece en escena
la verde presencia de la Banda Gangrena).
Realmente
uno se retira del cine teniendo la sensación
de haber visto un largometraje que, si
bien los niños disfrutan, nos hace constantes
guiños de buena animación para adultos.
La misma incorpora silencios significativos,
diálogos inteligentes y la suficiente
carga dramática (y a veces angustiante,
lo que hacía que algunos niños presentes
en la sala preguntaran preocupados a sus
padres por lo que estaba pasando) de las
buenas películas, sin escatimar muy buenos
momentos del sobresaliente humor e ingenio
de McCracken, quien nos demuestra que
el hombre de esto sabe y mucho.