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A propósito de los Tenenbaum
APUNTES SOBRE EL EXCÉNTRICO ANDERSON

por Flavio Lira (mayo, 2002)



Con sólo tres películas, Wes Anderson se ha confirmado como la voz más interesante e ignorada (al menos en la zona sur del planeta) de su generación. Esta aproximación hacia el director esta hecha con el propósito de dar a conocer un realizador que merece toda nuestra atención, ahora mismo.



Wes Anderson dirigiendo a Gene Hackman en Los excéntricos Tenenbaum.





JD ANDERSON - WES SALINGER

La saga de la familia Glass se expande por la mayor parte de la obra de JD Salinger. Empieza con Franny y Zooey, que puede ser vista alternativamente como una novela dividida en dos partes o dos novelas cortas entrelazadas, dos cuentos de las Nueve historias (uno dedicado a Boo Boo y otro a Seymour), Levantad viga, carpinteros y Seymour: una introducción.

La nueva película de Wes Anderson tiene una gran similitud con la familia inventada por Salinger. Aquí también hay niños con fama de genios, que cuando crecieron se vieron en estado de desconcierto y frustración.  Pero decir que Los excéntricos Tenenbaum (The Royal Tenenbaums, 2001) es una adaptación de Salinger sería una exageración. En todo caso es un "a partir" de Salinger, una excusa que toma Anderson para mostrar su mundo personal, mundo que se ha visto desde sus dos anteriores películas, Buscando el crimen (Bottle Rocket, 1996, editada directamente a video) y Tres es multitud (Rushmore, 1998).

No es la primera vez tampoco que Anderson parte de Salinger. El personaje de la hermana menor del protagonista de Buscando... es un poco como la hermana de Holden en El cazador oculto (o El cazador en el centeno, como quiera llamársela) o, mejor dicho, como todas las hermanas menores y niñas de la obra de este gran escritor norteamericano (para dar unos ejemplos: Sybill, la niña del cuento Un día perfecto para el pez banana; Franny, la última integrante del clan Glass; o Esme, la "protagonista" del cuento For Esme, with love and squalor, incluido en Nueve historias, y uno de las narraciones favoritas de Isobel Campbell, integrante de los Belle and Sebastian, algo con lo cual quiero seguir después). Esa misma obra (El cazador oculto) era la inspiración más obvia para Tres es multitud, y sobre todo para la composición del personaje principal de esa gran película, Max Fisher.



UNIVERSO

Pero, a pesar de la influencia obvia de Salinger, Wes Anderson ha construido un universo propio y autosuficiente, absolutamente fuera de tiempo - nunca sabemos en que década estamos, y no parece ser ni los 90's, ni esta nueva década -, construido a partir de cierta artificialidad. Es un universo de una  estética un poco naif, como si fueran ilustraciones de un cuento infantil. Las películas de Anderson están llenas de colores extraños, pero no a la manera de Moulin Rouge (Baz Luhrmann, 2001) o Amèlie (Jean-Pierre Jeunet, 2001), sino de una forma sutil, menos descontrolada.

Un aspecto esencial de la extrañeza de sus films, es la manera en que Anderson utiliza los planos. No se trata de manierismos, ni de una estética de montaje atronador. Si bien su puesta en escena es relativamente clásica, el director sostiene el primer plano tanto tiempo hasta que parece como si su cine se situara tan lejos del clasicismo como le fuera posible. Ese uso sostenido del primer plano no es un capricho. Anderson, al igual que Wong Kar Wai (para utilizar un director completamente diferente al que me estoy refiriendo) es un cineasta de detalles. Pequeños gestos, que a primera vista parecen intrascendentes, tienen una importancia gigantesca en su cine. Parecería que son la única forma que tienen los personajes de expresar sus sentimientos. Él no recalca nada nunca. Él sólo muestra y acompaña a sus personajes.

El mundo extraordinario que tiene Anderson es un logro, porque transmite, a través de la imagen, lo extraordinarios que ellos son. No necesariamente una película con personajes fuera de lo común logra tener una estética fuera de lo común, y está bien que así sea. Pero Anderson quiere recalcar esa extrañeza, y lo logra a través de un uso sostenido de los primeros planos y de una cámara que se detiene en sus protagonistas.

PERSONAJES

A pesar de que los seres que aparecen en sus tres obras se parecen mucho, o sea, siguen siendo gente fuera de lo común, sensibles, neuróticos y frágiles, Los excéntricos Tenenbaum tiene una diferencia substancial con respecto a las dos anteriores películas de Anderson. Tanto Buscando el crimen como Tres es multitud eran protagonizadas por seres fuera de contexto, y un poco fuera de la cordura también, con ambiciones gigantescas, que no reconocían sus propios límites. Esa cualidad que tenían los personajes hacía a estos films (especialmente a Tres...) experiencias muy tristes, porque estos personajes que no tienen ni el dedo gordo del pie en la tierra, están maldecidos a que eventualmente la realidad los golpee de la forma más dura. Pero ese enfrentamiento con el mundo real no los termina de vencer. Puede que Max quede deprimido durante buena parte de Tres... o que los dos amigos de Buscando... se separen a mediados del film, pero eso no les quita sus ambiciones. Y Anderson quiere a sus personajes, por eso les da un triunfo final. En cámara lenta y al final si es posible (las tres películas culminan con un plano filmado en ralenti). Hay que recordarlo, Anderson no es un cínico a la manera de Todd Solodonz, aunque utilice el sarcasmo y la ironía. Es por eso que el personaje de Anthony (Luke Wilson) en Buscando... se enoja con su hermana menor porque piensa que se ha vuelto una cínica (no lo es, simplemente tiene las cosas mucho  más claras que su hermano mayor)

Esto no quiere decir que Los excéntricos... sea la película más feliz de este director (cuyo universo, hay que aclararlo, es también perteneciente a Owen Wilson, co- guionista de sus tres películas y actor en Buscando... y Los excéntricos...). Al contrario, esta debe ser la película más triste que su director haya hecho hasta el momento. Lo que la diferencia de las otras dos es que aquí, aunque sigan siendo extraordinarios, los tres niños genios, Chas, Margot y Richie, han crecido y, como dice la voz en off del film: "Dos décadas de traiciones y frustración borraron todo rastro de triunfo que los Tenenbaum tuvieron en su infancia".

Si hay aquí un personaje similar a Dignan (Owen Wilson en Buscando...) y a Max (Jason Schwartzman en Tres es multitud) es Royal (Gene Hackman, en su mejor actuación en años). De alguna manera, aunque sea de manera inconsciente, Royal quiere reunir de vuelta a su familia. Es, de algún modo, un sueño imposible, el mismo tipo de sueño que tenían esos otros dos protagónicos - aunque el sueño de Dignan fuera el de ser un ladrón y el de Max de entrar a la Sorbona o a Harvard y convertirse en un escritor famoso y prestigioso. Pero, como de costumbre, los sueños no son tan imposibles, y de la manera más inesperada se vuelven realidad (sí, es cierto; suena cursi). Es por eso que "Royal salvó a su familia de un acorazado hundiéndose".



VÍNCULOS NEURÓTICOS


Buscando el crimen


En cada una de las películas de Anderson, los personajes establecen vínculos neuróticos con una institución que los repele y los atrae al mismo tiempo. En Buscando... se trataba de la paternidad, por la cual Dignan entraba a un clan criminal en busca de una figura paterna, en este caso, Mr. Henry (James Caan). En Tres..., los personajes entablan su neurosis con el caro y prestigioso liceo, llamado, justamente, "Rushmore". Aquí se trata de la institución familiar.

Esa atracción por mostrar a una institución como máquina de crear neurosis lo acerca, curiosamente, a Hal Hartley, cuyas películas también están protagonizadas por seres fuera de lo común, también muy influido por Salinger, que también deja la cámara centrada en sus actores, pero al cual se opone en un aspecto muy particular: Hartley se distancia, generalmente, de sus personajes. Anderson los ama tanto que no puede distanciarse. Posiblemente los personajes de sus películas sean los objetos alrededor del cual este último establece sus vínculos neuróticos.





MÚSICA


Más arriba se daba nota sobre cómo la banda folk escocesa Belle and Sebastian también estaba influida por Salinger. Viendo Los excéntricos... uno recuerda una y otra vez dicho grupo. Él mismo ha llevado la influencia de Salinger a extremos tales como imitar el hecho de ser tan ermitaño. Pero, aparte de eso (que no tiene nada que ver con la película), la banda escocesa y Anderson comparten una melancolía muy grande. Esta melancolía tiene que ver con palabras que no se dijeron, cosas que se dejaron pasar de largo. Es por eso que en cierto momento de la película suena la canción "These days" de Nico, en la banda sonora: "I´ve been out walking / I don't do too much talking these days / These days I seem to think a lot / about the things that I forgot to do..." (algo así como "He estado caminando/No hablo mucho estos días/Estos días parezco pensar bastante/acerca de las cosas que olvido hacer"). Suena otra canción de Nico en la película ("The Fairest of the Seasons", también incluida en el mismo disco de "These Days", Chelsea Girl, editado en 1967), pero también de The Velvet Underground ("Stephanie says"); de Nick Drake ("Fly"). O sea, son artistas que no se alejan mucho del concepto musical, o de las influencias que pueden tener Belle and Sebastian. También suena uno de los músicos actuales que comparte gusto con los Belle por hacer música melancólica y un poco retro, Elliott Smith (con "Needle in the hay", en una de las mejores y más oscuras escenas que veremos este año). Siendo Anderson un director melancólico y con un universo un poco retro, no es difícil asociarlo con el combo proveniente de Escocia.


Jason Schwartzman (hijo en la vida real de Talia Shire) en Tres es multitud.





Aún así, la música en el cine "andersoniano" es esencial. Pero no en el sentido con el cual se asocia la música en el cine actualmente, que es el de poner bandas patéticas y de moda. La música, tanto en Buscando el crimen como en Tres es multitud y también en Los excéntricos Tenenbaum, además de unir secuencias en una forma que nada tiene que ver con el videoclip, genera climas. Climas de alegría, melancolía o de oscuridad. Pocos directores actuales saben utilizar las canciones de la forma que Anderson la utiliza.

Pocos directores han creado, en tan poco tiempo, una obra tan homogénea, pareja e interesante. Es necesario ver sus películas. Últimamente tuvimos la suerte de que su más reciente film ha sido estrenado en varias salas, al contrario de sus otras dos películas (Buscando... se editó directamente en video, Tres... fue estrenada con mínima publicidad en una sola sala y bajó a la semana de entrar en cartelera). No es bueno desaprovechar una oportunidad así. Este film es uno de los mejores del año y son pocas las películas interesantes en cine ahora.


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