DENTRO
Y FUERA DE LA MATRIZ

El día del estreno de Matrix:
Revoluciones había cola
desde las 9 de la mañana en algunos
cines capitalinos, que la estrenaban mundialmente
a las 11:00. Los primeros días
de recaudación marcaron récord
en Uruguay. Y el fenómeno se ha
venido dando desde 1999, en oportunidad
del estreno de The Matrix (Andy
y Larry Wachowski, 1999), originalmente
concebido para comics. Todos hablan de
esta saga creada por los hermanos Andy
y Larry Wachowski y Arte7 no
quiso ser la excepción al respecto.
Pero ojo que acá no solo nos quedamos
en la famosa trilogía sino que
también apuntamos a algo fundamental
dentro de la saga y que tiene estricta,
vital relación con lo que pasa
en la misma: los segmentos de Animatrix,
cuya mayoría fueron escritos y
dirigidos por animadores chinos, coreanos
y japoneses.
CAMINO A LA PERDICIÓN
El productor Joel Silver
no esperaba el enorme éxito taquillero
que obtuvo con esta primera parte de la
saga Matrix. Los propios hermanos Wachowski
tampoco. Cuatro meses de entrenamiento
en artes marciales fueron necesarios para
los actores principales de The
Matrix, que incluso llevaron
a algunas lesiones inesperadas (Carrie-Anne
Moss torciéndose bruscamente el
tobillo; Keanu Reeves con problemas en
el cuello). Los decorados, por su parte,
ya habían sido usados en una película
que tiene muchas cosas en común
(en cuanto a universos simulados y manipulación)
con The Matrix y que
se llamó Ciudad en tinieblas
(Alex Proyas, 1998), pero está
claro que hubo una gran inversión
que terminó cautivando por el despliegue
de efectos especiales y también
porque asomaba una historia interesante,
que se alimentaba de varias fuentes estéticas
(comic americano, manga, anime, cine asiático
de artes marciales) y conceptuales (numerosos
ejercicios de ciencia ficción que
merecerían un capítulo aparte),
literarias y cinematográficas.
Criterio, concentración
y técnica. Esto es lo que Keanu
Reeves debe aprender para poder ingresar
a La Matriz, entender qué está
pasando y descubrir el verdadero sentido
de su existencia ¿Y qué
es La Matriz? Es la otra realidad. La
supuesta ficción a un planeta Tierra
devastado por una cruenta guerra donde
las máquinas dominan a los humanos.
Es una realidad virtual cuyo combustible
es nada menos que la electricidad que
genera el cuerpo del hombre (para mayor
entendimiento ver reseña de segundo
y tercer segmento de Animatrix
más abajo). ¿Y por qué
el protagonista Neo es tan importante
en todo este asunto? Porque viene a ser
como una especie de Mesías, el
salvador, el elegido que pondría
fin al mortal conflicto entre máquinas
y humanos. Este, claro, es uno de los
puntales vertidos hacia el aspecto religioso
y mitológico, algo a lo que se
hace referencia más abajo.
Ampliamente superior a
las dos secuelas que le siguieron, The
Matrix sugiere conceptos vinculados
a la propia irracionalidad del ser humano,
quien inventó las máquinas
para servirlo y luego terminó dominado
por las mismas. La Matriz puede tomarse
como una prisión cibernética
o, mejor quizá, como una dictadura
virtual donde millones de personas hacen
su vida sin darse cuenta de que son vigiladas,
que por fuera hay otro mundo, otros seres
humanos como ellos pero que tratan de
luchar para poner fin a tan duro hostigamiento
artificial. Este último hasta se
ve justificado en la película por
el terrible daño que el hombre
había hecho a los recursos naturales
de la Tierra, allá por fines del
siglo XX, expandiéndose sin demasiada
preocupación por el medio ambiente
y sí por la prosperidad económica.
Las inquietudes son típicas de
hoy en día y hasta perfectamente
se pueden proyectar hacia un futuro no
muy lejano. Muchas visiones apocalípticas
tienen su razón de ser en las acciones
del hombre, y en The Matrix
el caos parte, precisamente, de una industria
trasnacional.
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PLATOS
DE ENTRADA VIRTUALES
por
AY

Antes de The Matrix hubo
mundos simulados que tuvieron su peso
protagónico en varias películas
de fantasía y ciencia ficción.
Thrillers y aventuras virtuales de sumo
interés, a pesar de otras no tan
bien logradas (en efectos e historia)
y que ahora, por supuesto, no vienen al
caso.
Tron (Steve Lisberger,
1 no tuvo la repercusión esperada,
aunque con el paso del tiempo se convirtió
en punto de referencia obligatoria, sobre
todo por la fama precursora en la materia,
que empezó a adquirir progresivamente.
Aquí Jeff Bridges es un hacker
transportado molecularmente hacia una
computadora, donde deberá pelear
por su vida en un videogame, mientras
trata de encontrar un programa de seguridad
(el del título) que ponga fin al
temible software controlador. Lo más
gracioso que ocurrió con esta interesante
producción Disney es que la Academia
no la consideró para el rubro de
Mejores Efectos Especiales, al ver que
no se valía de un método
legítimo para hacer los trucajes...
(¡¡¡la computadora!!!).
Dos
años más tarde Nick Castle
(quien interpretara al asesino de Noche
de brujas) dirigiría El
último guerrero espacial;
dinámica y espectacular aventura
donde el joven protagonista pueblerino
llega al final de su videogame favorito,
lo que lo lleva no solo a que la gente
lo felicite sino también a ser
llamado por un extraterrestre. El objetivo:
usar sus habilidades de jugador de maquinita
con el fin de salvar el planeta donde
habitan los de su especie y ya de paso
restaurar la paz en la galaxia, nave estelar
verdadera mediante. Esta fue la primera
película en hacer todos los efectos
especiales a través de una computadora
(con excepción del maquillaje).
Y el resultado, realmente, valió
la pena.
Poco tiempo después el troesma
Joe Dante nos trajo una obra maravillosa,
que se llamó Los exploradores
(1985), una de esas películas auténticas
y hechas realmente con mucho afecto por
el género. Tres niños (Ethan
Hawke, el fallecido River Phoenix, Jason
Presson) deciden construir una nave para
llegar al espacio y lo logran, encontrándose
con unos extraterrestres que los introducen
a un mundo impensado y desde donde surgen
claves para realizar viajes interestelares
e incluso grandes descubrimientos, capaces
de conectar la fantasía con la
realidad, viejo anhelo y parte de la eterna
lucha del niño inventor, interpretado
por Phoenix. Hay fragmentos que son sensacionales
y que llevaron a Los exploradores
a ser de las mejores y más fascinantes
películas de Joe Dante.
Luego
sí fueron surgiendo más
ejemplos aunque algo aislados y sin mucha
trascendencia, en todo sentido, como el
caso de Alta tensión
(1990) de Rachel Talalay, o los thrillers
virtuales de Brett Leonard (Asesino
virtual, El reino de
las tinieblas), responsable,
sí, de la exitosa (y a veces tolerable)
El hombre del jardín
(1992), basada en un cuento corto de siete
páginas de Stephen King y que narra
la historia de un ser con cierto retraso
mental, víctima de un experimento
que lo vuelve inteligente, vengativo (de
todos los que se habían reído
de él) y con fervientes deseos
de controlar el mundo desde el ciberespacio,
algo parecido a lo que pasaba en Tron
con el MCP (Master Control Program). La
película tuvo gran éxito
en Estados Unidos, lo que llevó
a una secuela, en 1995, y también
al propio King a exigir el retiro de su
nombre de los créditos y de inmediato,
totalmente insatisfecho con el resultado
de una película considerada como
la primera en abordar el tema de la llamada
realidad virtual, donde tanto la vista,
el oído y el tacto podían
apreciar un simulacro, precisamente, de
realidad.

Ciudad en
tinieblas
Otro de los puntos curiosos y, por supuesto,
bienvenidos fue Arcade: Un videogame
diabólico (1992), dirigida
nada menos que por Albert Pyun, gran exponente
moderno de la ciencia ficción clase
B, y también de los grandes despliegues
y efectos aunque acompañados de
historias bastante livianitas. Pero aquí,
sin embargo, logra realizar un convincente
ejercicio, quizá el mejor de toda
su carrera. En realidad Arcade es una
maquinita hogareña, y los enigmas
surgen cuando cada persona que la compra
desaparece para siempre. Bueno; en realidad
los cascos que usan para jugar los transportan
a un mundo virtual donde deben pasar los
niveles de dificultad del "pasatiempo"
para así salvar su vida. Y hay
que ver lo que son los efectos especiales
para el presupuesto ínfimo que
al final se manejó. Muy buenos.
Curiosamente David S. Goyer es quien adaptó
esta historia de Charles Band; Goyer,
también, sería guionista,
seis años después, de Ciudad
en tinieblas, de Alex Proyas,
con un argumento muy similar a la posterior
The Matrix, sólo
que en lugar de computadoras hostiles
hay una secta extraterrestre. Cabe acotar
que algunos decorados y sets de filmación
de Ciudad... fueron usados
por la producción de The
Matrix poco tiempo después.
Incluso hay alguna referencia a La
Biblia dentro de esta sorprendente
película de Proyas, que también
se reitera en la famosa trilogía
de los Wachowski.
Y
para terminar esto de los mundos simulados
hay dos películas que merecen atención:
El Piso 13 (Josef Rusnak,
1999), producida luego del éxito
de The Matrix, y Abre
los ojos (1998), hecha antes
del film de los Wachowski y dirigida por
el chileno Alejandro Amenábar.
La primera con algunos parecidos a The
Matrix, respecto a seres manipulados,
aunque con la diferencia de que la idea
fue concebida mucho antes, ya que se basa
en la novela Simulacron-3,
escrita por Daniel Galouye, que incluso
había sido llevada a la televisión
alemana por Rainer Werner Fassbinder.
Aquí la acción tomaba lugar
entre pasado (fines de la década
del ´30) y presente (la actualidad),
a través de un ejercicio de ciencia
ficción muy bien concebido, al
mejor estilo film noir que, curiosamente,
también impregna uno de los segmentos
mejor realizados de Animatrix.
El caso de Abre los ojos
también ofrece una situación
parecida, gracias a un thriller psicológico
bastante onírico, si se quiere,
que incluso tuvo su horrenda remake con
Vanilla Sky (2001), dirigida
por Cameron Crowe.
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EL
FACTOR ANIMATRIX

Casi todos los capítulos de Animatrix
(2003) fueron hechos en clave de precuela
y para ser estrenados directamente en
video y DVD, después del éxito
de The Matrix, pocos
días después del de Matrix:
Recargado (Andy y Larry Wachowski,
2003) y antes del estreno de Matrix:
Revoluciones (Andy y Larry Wachowski,
2003). En Uruguay, curiosamente, el orden
de los capítulos difiere del de
otras ediciones de Animatrix
en el extranjero. Cabe señalar
que tan solo uno de estos fue proyectado
en cine y junto a Cazador de sueños
(Lawrence Kasdan, 2003): El último
vuelo de Osiris (Andy Jones,
2003), por decisión de la Warner.
Este mismo segmento acompañó
como antesala a la película basada
en el libro de Stephen King en todas las
salas del mundo donde se exhibió.
...Osiris es, en general,
el preferido de todos los cortos, aunque
hay (no pocas) excepciones.
Si en la trilogía
Matrix había más una buena
idea que un guión desarrollado
pues en esta Animatrix
la cosa es al revés, ya que no
solo se responden algunos enigmas de los
tres exitosos largometrajes sino que se
aportan nuevas visiones, otras perspectivas
que llevan a relatos sustanciales, tanto
en la ficción como la realidad
que los personajes viven. El impacto visual,
sin embargo, se mantiene y sin necesidad
de apelar a (muy) costosos efectos especiales.
(The Last Flight of the Osiris) - Dirección:
Andy Jones. Guión: Andy y Larry
Wachowski. Una postal de bienvenida
a dos mundos diferentes, donde se entabla
una lucha a muerte entre máquinas
y humanos. A diferencia de la trilogía,
este y todos los capítulos de Animatrix
son hechos en base a imágenes generadas
por computadora y con netas influencias
del dibujo japonés. Para el que
nunca vio nada de la saga Matrix, surgirán
varios enigmas que luego van develándose
en esta misma serie, fundamental para
cerrar algunos aspectos conceptuales de
la exitosa trilogía. Aquí
tenemos, por un lado, el combate y por
otro la llegada a tiempo para la advertencia,
dentro de La Matriz, sobre el inminente
ataque de las máquinas a Zion.
Este capítulo es muy importante
para sumergirse en Matrix: Recargado.
Y se guarda un final muy bien logrado.
El director Andy Jones anduvo haciendo
trabajos de efectos especiales para Titanic
(1997) y fue supervisor de animación
en la recordada Final Fantasy
(Hironobu Sakaguchi, Moto Sakakibara,
2001).
(Second Renaissance Part 1) - Dirección:
Mahiro Maeda. Guión: Andy y Larry
Wachowski. Capítulo vital,
donde se vuelve al pasado para mostrar,
archivo mediante, cómo el ser humano
comenzó a crear máquinas
que lo sirvieran y le sirvieran. El abuso
y el maltrato del hombre no faltó
a la cita y tampoco la toma de conciencia
de robots y aparatos de que estaban siendo
vistos como lo peor del universo. Las
protestas de las máquinas (apoyadas
por algunos humanos) terminaron en gravísimos
incidentes y por ende en la unión
y creación de un lugar donde las
mismas vivían todas juntas, como
en un estado; Cero-Uno fue su nombre.
La convivencia entre ambas especies era
prácticamente imposible. Y los
defectos del ser humano se van agudizando,
ya entrado unos años (no muchos)
el siglo XXI. El director Maeda cuenta
con vasta experiencia haciendo tareas
de diseño y animación, tanto
para el cine como la televisión
coreana y japonesa.
(The Second Renaissance Part 2) - Dirección:
Mahiro Maeda. Guión: Andy y Larry
Wachowski. Las cosas se estaban haciendo
tan bien en Cero-Uno que hasta lograron,
inconscientemente, hacer flaquear el mercado
del hombre. El poder humano se fue debilitando,
dando paso a su inflexibilidad y mayor
hostigamiento hacia las máquinas
(sanciones económicas, bloqueo
naval, brutales bombardeos aéreos)
y su flamante nación. Cero-Uno
intentó buscar la paz en Naciones
Unidas (foto), de todas maneras, pero
sus embajadores no tuvieron suerte, ya
que fueron expulsados. Y la guerra estalló.
Y las máquinas no solo aplastaron
a los humanos sino que los hicieron sufrir
de manera infernal, dejando al mundo en
tinieblas y usando al hombre y todo su
cuerpo como fuente alternativa de energía
al ahora oculto sol. Tanto esta pequeña
secuela como la original, las más
oscuras y violentas de Animatrix,
son vitales para entender lo que pasa
en The Matrix y también
en Matrix: Revoluciones
(Andy y Larry Wachowski, 2003).
(Kid´s
Story) - Dir.: Schinichiro Watanabe.
Guión: Andy y Larry Wachowski.
Un corte y una quebrada para mostrar el
relato sobre un joven que se contacta
con alguien a través de su computadora
y que a la vez se mete en otro mundo,
como inocente estudiante universitario
que inexplicablemente comienza a ser perseguido
por hombres de negro. Desconcertado ante
la asombrosa realidad que comienza a vivir
(y sentir)... en sus sueños...
el joven piensa que sólo le ocurre
a él pero no es así. Este
es otro de los capítulos vinculados
más bien a la historia de Matrix:
Recargado y también donde
por vez primera aparecen las voces de
Neo (interpretado por Keanu Reeves en
la saga, a quien vemos en The
Matrix enfrentando una situación
parecida) y Trinity (personaje de Carrie-Anne
Moss). En dicha secuela de Matrix aparece
un joven que le agradece a Neo (al principio,
cuando los protagonistas llegan a Zion)
por haberle salvado la vida. Bueno; aquí
lo tienen. No es vasta la experiencia
de Watanabe en campos animados. Luego,
sí, dirigiría otro segmento
más de Animatrix,
uno de los mejores.
(The
Program) - Guión y dirección:
Yoshiaki Kawajiri. Un nuevo universo
simulado, esta vez para una joven y su
programa de entrenamiento con un supuesto
mentor, quien le advierte del peligro
que corre Zion ante una supuesta invasión
de máquinas. Hay algunas reflexiones
sobre la incidencia de los universos simulados
en el ser humano y la condición
de vida luego del estallido de la guerra.
Pero principalmente este es uno de los
segmentos donde más pesa el aspecto
visual, tanto en movimientos como en el
propio uso (y contraste) de los colores,
para exponer significados, algo elementales
pero siempre vigentes por ser universales
(el bien y el mal, la lealtad y la traición).
También es en donde más
se nota la influencia del anime.
Cabe acotar, además, que este programa
de entrenamiento samurai fue usado en
The Matrix (Neo enfrentado
a Larry "Morpheus" Fishburne),
pero con kung fu. El veterano director
Kawajiri tiene gran experiencia en terreno
animado, y viene haciendo cosas en el
continente asiático desde fines
de la década del ´60.
(The World
Record) - Dir.: Takeshi Koike. Guión:
Yoshiaki Kawajiri. El eje de este
segmento es una carrera de atletismo de
100 metros libres masculino, donde el
protagonista intenta batir una marca.
Si en el relato anterior la paz era una
de las razones por las cuales el ser humano
se sentía cómodo dentro
de un universo paralelo, aquí es
la libertad la que hace ver con otros
ojos La Matriz. La libertad que se vive
dentro de ese mundo creado y, principalmente,
la libertad que se siente al poder escapar
del mismo... sin morir en el intento.
Hay desafíos que atañen
al propio protagonista, ya no solo desde
la capacidad física sino también
desde su propia entereza psicológica.
Existen resultados, sin embargo, que más
vale no retener en la memoria. Las máquinas
ya han llegado a un dominio casi sádico
sobre los humanos. El resultado es, por
momentos, escabroso, y probablemente el
más surrealista. El guionista Yoshiaki
Kawajiri fue el que dirigió el
segmento anterior, titulado Un
corazón de soldado.
(Beyond)
- Guión y dirección:
Kouji Morimoto. O parte de La Matriz
por dentro. Una joven pierde a su gata
y en la búsqueda se topa con un
grupo de niños, fascinados con
las acrobacias que pueden realizar, venciendo
a la gravedad, en lo que ellos consideran
una casa embrujada. El poder de manipulación
de las máquinas es lo que más
resalta en este capítulo, algo
que constituye uno de los temas principales
de la primera parte de Matrix. Los humanos
buscan respuestas ante tan curiosos hechos
pero solo reciben la hostilidad y represión
de las autoridades... creadas. La protagonista
descubre algo raro, y se queda con la
misma sensación de otros seres,
quienes han sospechado de un fenómeno
extraño que se dio dentro de la
propia "realidad" en que viven.
El director japonés Kouji Morimoto
viene trabajando como realizador, guionista
y animador en el país nipón
desde la década del ´70.
(A Detective´s
Story) - Guión y dirección:
Schinichiro Watanabe. Estupendo trabajo
de ambientación y ni qué
hablar de animación (en blanco
y negro), visualmente impactante e impregnado
de un estilo film noir que hace de esta
historia media a contramano con el universo
Matrix (es "detectivesca") una
de las mejores en todo sentido. El protagonista
es contratado para dar con un escurridizo
hacker (nada menos que Trinity), aunque
hay sorpresas e incluso dichos muy graciosos,
cerca del final, envueltos por una bienvenida
cuota de ironía. Detectives que
se suicidan, otros que se vuelven locos
(por eso de que algo anda mal pero no
se sabe qué) y algunos que llegan
a descubrir realidades (o, mejor dicho,
ficciones) inesperadas, aunque ya vistas
por el espectador. Watanabe ya había
dirigido el segmento La historia
de un chico.
(Matriculated) - Guión
y dirección: Peter Chung.
Un grupo de rebeldes situados en una desolada
base (por lo que se puede ver fugazmente,
el norte africano) recluta máquinas
invasoras para ponerlas a su servicio,
es decir para que proteja a sus integrantes,
aunque el punto central está en
el propio proceso de transformación
de la inteligencia artificial, cuando
se intenta hacerle tomar conciencia de
los sentimientos humanos. Hay, sin embargo,
una vuelta muy ingeniosa en el final y
que pone totalmente al descubierto a ese
ser humano que se creía perspicaz.
Haciendo un balance general las dudas
se vuelcan más a favor del hombre
que de las máquinas. Y esto se
vuelve más preocupante aún
cuando se piensa que fue el propio ser
humano el impulsor de la idea y al final
termina siendo víctima (algo enloquecida,
desesperada) de su propio juego, la manipulación.
Otro de los mejores (y más elaborados)
segmentos de Animatrix.
El director asiático Peter Chung
trabajó para la televisión
japonesa y coreana, además de haber
hecho algunos aportes como animador para
Ralph Bakshi (Hielo y fuego)
y hasta los propios Rugrats,
sin olvidar la serie de culto que dirigió
en 1995, titulada Aeon Flux.
RECARGA Y REVOLUCIÓN

Matrix:
Recargado
Si en Animatrix y The
Matrix pesaba mucho más
la historia y un aspecto visual de gran
sentido estético, en Recargado
y Revoluciones los efectos
especiales son los que se roban la atención,
por encima de un relato casi mínimo,
pero a través de un bombardeo de
imagen y sonido realmente impactante.
Puede que hayan planos algo más
imaginativos en ambas pero tampoco son
lo máximo. Y también más
razones para odiar a las máquinas,
aquí haciendo gala de todo su poderío
ante una resistencia cada vez más
endeble y amenazada.
Y es que podía
haberse dicho mucho más de lo que
se dijo en ambas partes, en vez de alargar
situaciones que deberían haber
concluido o bien proseguido de otra manera;
algo que se hace sentir mucho más
en Recargado, donde por
momentos hasta se embarulla al espectador
con numerosos términos técnicos.
Las luchas cuerpo a cuerpo fueron las
predominantes en esta secuela (los actores,
ahora, tuvieron ocho meses de entrenamiento),
aunque varias veces abusando con el pretexto
de mostrar más y más trucaje
visual. Una escena de 17 minutos costó
40 millones de dólares, y hubo
que poner 60 más en el presupuesto,
sólo para cubrir la parte de efectos,
donde otras secuencias, como la de la
carretera, llevaron tres meses en ser
filmadas. Eso, de todas maneras, no impidió
que Carrie-Anne Moss nuevamente tuviera
un accidente, esta vez quebrándose
una pierna durante el entrenamiento; Larry
Fishburne también se fracturó
pero un brazo. Lo gracioso es que la actriz
canadiense decidió dejar de lado
los dobles para subirse a la moto y hacer
la vertiginosa escena de persecución
en la carretera.
En Revoluciones
la cosa ya era más generalizada;
la guerra ya movía nuevas máquinas
y se extendía a espacios mucho
mayores. Las batallas eran más
creíbles e incluso la aplicación
de nuevas tecnologías se veía
mejor lograda en paisajes y aparatos (la
Academia seguramente le hará llover
los Oscars en varios rubros técnicos)
que en lo que atañe a los propios
seres humanos reales y virtuales. La historia,
de todas maneras, prácticamente
no existe en ninguna de las dos secuelas.
Y eso resta muchos puntos.

Matrix: Revoluciones
Obviamente el motivo principal es más
económico que otra cosa, sobre
todo si se aprecia el final abierto de
Revoluciones. Pero hay
algo que llama la atención y es
que se respeta la posición geográfica
de Zion (monte israelí de Jerusalén),
más que nada en algunos segmentos
de Animatrix (los de
El segundo renacimiento
y Matriculado) donde
inclusive se puede ver que la nación
de las máquinas, Cero-Uno, está
muy, pero muy cerca de Zion. Si esta guerra,
entonces, tratara de representar algún
conflicto de la vida real pues esto es
muy evidente... y con un resultado (en
Revoluciones) que debería
verse como sumamente decoroso, a diferencia
de lo que otra gente quiso (se imaginó
en principio) para con el destino de las
máquinas. Otras referencias hebreas
las encuentran en la canción que
suena apenas terminada la película;
de ahí, entre otras cosas, es que
uno insiste rotundamente en que se va
a llevar varios premios Oscar.
Lo de los hermanos Andy
y Larry Wachowski termina siendo algo
meritorio, a pesar de flojos antecedentes
(no pulidos finalmente por ellos sino
por guionistas y hasta productores), como
el libreto de Asesinos
(Richard Donner, 1995) y el thriller erótico
Sin límites (1996),
ya que con todo lo vinculado a Matrix
han logrado despertar ciertos ribetes
místicos, dentro de un universo
que toma elementos prestados de otros,
que recicla pero que además innova,
a través de una ciencia ficción
que a veces logra sacar buen partido de
los efectos especiales y que hasta logró
sorprender dentro de un panorama donde
hacer pensar era casi una utopía,
sobre todo para un producto proveniente
de Hollywood.