
Fabián Forte es el director de
Mala carne, una de
las películas que más
llamó la atención en el
pasado festival de cine de terror, fantástico
y bizarro Buenos Aires Rojo Sangre 2003.
Y Arte7 lo fue a buscar para
que nos contara algunas cosas peculiares
de la filmación, hecha con mucha
imaginación y escasos recursos,
y ya de paso para recabar su opinión
de lo que significa hoy en día
hacer cine en la vecina orilla.
Arte7:
Mala carne
es una vuelta bastante original al tema
de los vampiros...
Fabián
Forte:
Mala carne tiene muchas influencias...
Considero que es una vuelta de tuerca
al tema "vampiros", y también
una historia que mezcla distintas leyendas
urbanas, pero la rama de la película
que más me gustó contar
es el hecho del amor posesivo, tomando
a los cuerpos de los protagonistas como
objeto, en este caso no solo sexual,
sino afectivo y comercial. Detrás
de la carne, tambien se esconde el negocio.
¿Cómo
les resultó la experiencia de hacerla
en tan poco tiempo y todavía de
manera cronológica, consecutiva,
editada en cámara?
Es una experiencia positiva, dentro de
las posibilidades que teníamos
de realizar la película. Contábamos
con un presupuesto irrisorio y solo seis
jornadas. Nos avocamos a escribir una
historia que suceda en una sola locación;
esto nos permitió poder realizarla
de manera consecutiva y editarla en cámara,
pues las escenas ocurren dentro de un
mismo lugar (la casa). Solo necesitábamos
tener a los actores en todo momento para
seguir con la escena correspondiente.
Para nuestros colegas, el hecho de que
la película esté editada
en cámara es un dato que les llama
sumamente la atención. A su vez,
como realizador, me dio la libertad de
hacer una búsqueda dentro del lenguaje
audiovisual. Las limitaciones como el
dinero o la iluminación nos dieron
la posibilidad de trabajar con libertad.
OK; no tenemos pautas que cumplir; tratemos
de contar lo que queremos de la manera
que más nos guste. OK; no tenemos
fotografia; que la cámara se maneje
libremente, sin limitaciones de luz. OK;
no hay plata; utilicemos esto para poder
crear, libres de pautas técnicas.
A veces la falta de medios te hace usar
la imaginación para poder transmitir
con poco una idea.
La mujer toma un rol preponderante en
la película...
La mujer
ocupa varios roles. Primero, es la que
lleva las riendas. Segundo, son el lado
salvaje. En la película, podría
decir que más que vampiros, son
fieras. La idea de mujer como "impredecible"
ronda en las acciones y actitudes a lo
largo de la historia.
Hay
una gran tendencia a marcar varias obras
con humor negro y del otro en Argentina.
Mala carne no es ninguna
excepción...
La concepción de Mala carne
surge como una película en tono
"cotidiano". El hecho de que
dos jóvenes estén de levante
me suena un poco al imaginario colectivo
actual. Esto me daba la posibilidad de
jugar con las actitudes y lo cursi
de la situación. La vuelta de tuerca
era que ese tono cómico comenzara
a ser macabro a lo largo de la película,
y hasta ahora, en las proyecciones, eso
está marcado. El espectador ríe
hasta la mitad de la proyección;
luego hay un silencio absoluto.
¿Tenés alguna preferencia
dentro del cine fantástico?
No tengo
influencias dentro del género.
Hay películas que cambiaron y revolucionaron
el cine, como El Exorcista,
pero trato de no quedarme en un género
determinado. Me gusta el cine y la posibilidad
de generar tantos sentimientos que te
da una buena película. Me gusta
lo postmoderno. Jugar con los genéros
y romper con la forma del guión.
Creo que hace crecer las expectativas
del espectador. Venimos de un cine muy
marcado, con formas de estructuras ya
pre-establecidas. Cada género tiene
sus tópicos, y eso creo que el
espectador ya lo tiene estudiado. Mezclar
géneros hace que el público
se desoriente, hace que la película
esté viva.
¿Piensan seguir produciendo materiales
vinculados al género?
Pensamos seguir produciendo. No me gusta
estancarme en algo. Hablo por mí
y por el grupo. Mi idea es comunicar desde
el cine; no sé si revolucionar
el género. Esa nunca fue mi intención.
Reconozco que el terror me hace sentir
un niño, y me seduce mucho el género.
Me llamó
la atención toda la publicidad
que hicieron, sobre todo pegando volantes
y hasta en las veredas de Corrientes,
a eso de las 3 de la mañana. ¿Este
entusiasmo fue el mismo con el que se
filmó el largometraje?
Ese y
más. Hacer una película
es demasiado complejo. Vivís para
hacerlas, y tu cabeza está pendiente
de eso. Uno pone mucho esfuerzo en hacerlas,
por eso creo que un director debe enamorarse
del guión; caso contrario no estarías
lo suficientemente estimulado para generar
tal movida. Nosotros solo generamos proyectos,
tenemos las ideas y las ganas, pero no
tenemos equipos propios... Conseguimos
los elementos, como la cámara o
la edición de sonido por medio
de amigos. Eso hace que trabajemos con
ciertas limitaciones de horarios... Pero
en el fondo, en gran escala, siempre se
trabaja así. Bajo presión.
Ademas eso de pegar carteles... es nuestra
manera de publicitar. Quizás algun
día tengamos sponsors...
La historia de Mala carne...
¿es más un asunto de estructura
que de contenido?
Mala carne tiene estructura,
pero dejamos detalles libres a la imaginación
de la gente. Creo que eso genera un contenido
que está más allá
de lo que la imagen cuenta. Esa por lo
menos fue la idea. Creo que no hay estructura
sin contenido.

¿Es difícil hacer cine en
Argentina?
Extremadamente difícil. Hacer cine
creo es una utopía, por lo menos
en Argentina. Solo pocos lo hacen. El
tema del tres a uno afectó terriblemente.
El último Festival de Cine Independiente
aceptaba los trabajos en video, porque
no habia producción. Para los argentinos
es imposible, para los extranjeros es
Tru lala; vienen todos a filmar acá.
Trabajar en video te da la posibilidad
de poder hacer cine. Para nosotros, en
este momento, es la única manera.
¿Se han sentido
apoyados en toda esta travesía?
En el BARS tuvimos todo el apoyo, en cuanto
a la gente y los organizadores. Incluso
hoy día hay propuestas, gracias
al haber mostrado la película en
el festival. Ojalá se generen más
espacios para este tipo de cine. Es más;
esta entrevista es gracias a la ventana
que fue el festival. Agradezco este espacio.
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