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Sweeney Todd, de Tim Burton
MUSICALES BIZARROS A LA CARTA

por Rainer Tuñón (desde Panamá)


Hace algunos años se especulaba sobre la vuelta al cine de las adaptaciones de musicales de Broadway con un rejuvenecido enfoque cinematográfico que buscaba lo mejor de ambos mundos para hacer estallar la taquilla y la conciencia del público. Algunos con éxito arrollador (Evita, de Alan Parker o Chicago, dirigida por Rob Marshall) u otros con más pena que alabanzas (Rent, de Chris Columbus o El Fantasma de la Ópera, basada en la obra de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice), estos filmes han logrado interesar a una nueva audiencia que descubre sensaciones distintas a través de una dosificada mixtura de tablas y celuloide.


Entre tanta película de menor factura dentro de un mismo género, aquellos con un enfoque distinto, que se nutre del terror o la ciencia ficción como eje motor, son considerados como inmediatos clásicos de lo que comúnmente conocemos como "bizarro" (tengo dudas, pues creo que la raíz de la palabra es italiana y se acerca más hacia lo positivo, aunque en la cultura popular lo bizarro es extravagante).


Por insólita, la vida del asesino de la calle Fleet ha tenido una historia muy rara, siendo su primera pincelada una inspiración que se remonta a unos versos catalanes del médico valenciano Jaume Roig que reposan en su obra Espill, escrita en la época medieval, y que habrían entusiasmado a George Dibdin-Pitt a escribir una obra teatral basada además en leyendas urbanas londinenses sobre un barbero procesado por crímenes en el Old Bailey y ahorcado en el año de 1802, aunque nunca hubo prueba alguna que lo corroborara.


También, The People´s Periodical, en su edición 7, del 21 de noviembre de 1846, publicó un cuento titulado "The String of Pearls: A Romance", probablemente escrito por Thomas Prest, la documentación más cercana a la leyenda de Sweeney Todd, de acuerdo con un material leído desde Wikipedia.org.


Sin embargo, con la llegada del séptimo arte, la leyenda cobró vida en el cinematógrafo. Se dice que Sweeney Todd: el barbero demoníaco de la calle Fleet, basada en la obra de Dibdin-Pitt, se realizó en 1928, y años más tarde, hacia 1936, el actor Tod Slaughter encarnó al oscuro personaje.

Sweeney Tood en realidad cobró más fuerza cuando el dramaturgo Christopher Bond escribió en 1973 Sweeney Todd, agregándole motivación de venganza a un personaje que estaba iracundo de avaricia. Allí, el público conoció a Benjamin Barker, encarcelado 15 años en Australia debido a una falsa acusación del juez Turpin, quien destruye todo lo bello que tuvo en la vida: una familia y el amor de su esposa e hija.


Esta versión encantó al mítico Stephen Joshua Sondheim, creador de los musicales Gipsy y West Side Store, quien escribe y lleva a Broadway, junto con Hugo Weeler la historia en 1979, e inmediatamente se echa al público al bolsillo.


La audiencia quedaba enamorada del personaje, sus sangrientas y elaboradas muertes, pero sobre todo, su relación con Mrs. Lovett, quien revive, gracias a Todd, su negocio de empanadas de carne.


En 1982 se hizo una versión del musical para la televisión con Angela Lansbury (la agradable "Reportera del crimen") como Mrs. Lovett y en el 2006, la BBC produjo una película para la televisión muy exitosa, protagonizada por Ray Winstone (por ahí recordarán su voz como Beowulf).


Pero ¿quiénes han querido interpretar a Sweeney Todd? Dustin Hoffman, Robert De Niro, Al Pacino, Warren Beatty, Jack Nicholson, Robert Redford y más cerca, Russell Crowe cuando el director Sam Mendes (Belleza americana) se interesó por llevarla al cine.


Y ¿quién es el barbero en la actualidad? Nadie mejor que Johnny Depp, en su sexta colaboración con el gótico y cada vez mejor director Tim Burton, elaborando una interesante pieza dentro del género musical bizarro, dominado por títulos tan exquisitamente auténticos como The Rocky Horror Picture Show (Jim Sharman), El Fantasma del Paraíso (Brian De Palma); La tiendita del horror (Frank Oz) y la nueva versión de El Fantasma de la Ópera (Joel Schumacher).


De Burton prefiero Ed Wood y El gran pez, pero su elegante y lúgubre enfoque y estilo lo convierten en uno de mis favoritos narradores de historias fantásticas en estos últimos 25 años viendo cine, pues aprecio la honestidad de El joven manos de tijera; la descarada picardía de Beetlejuice, la alocada visión retro futurista de Marte ataca y sus preciosos proyectos de animación El extraño mundo de Jack y El cadáver de la novia.


Es cierto, es una magnífica película, pero es por contar con un director que sabe cómo llevar la historia hacia niveles que la audiencia note como radicales y contagiosos, sin perder destreza en un género que domina a la perfección, lo bizarro, aunque la formula ya la haya depurado y superado en trabajos anteriores. El filme en realidad es un musical que ha pasado por la escuela de Sleepy Hollow / La leyenda del jinete sin cabeza; por este argumento, de hecho, no me extrañó que desfilara por la alfombra roja este año.


Ahora, si me preguntan: ¿cuál es el musical más bizarro que haya desfilado en la gran pantalla?, diría: Definitivamente The Rocky Horror Picture Show, ese icono sub-cultural que nunca pierde vigencia.


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