RECUERDOS DESDE LA OTRA
TERCERA DIMENSIÓN

El Diablo Bwana
Se trata de una verdadera revolución tecnológica,
por cierto. Cines Hoyts Uruguay contará
dentro de sus complejos con la primera sala de
cine digital del país, que se inaugura
el 7 de noviembre con Viaje al centro
de la Tierra (Eric Brevig, 2008), nueva
versión para pantalla grande de la clásica
obra de Julio Verne que fue producida especialmente
para esta tecnología, la cual "prescinde
de los aspectos asociados a la proyección
mecánica de las películas"
y "se destaca por las sobresalientes posibilidades
de posproducción por medios informáticos".
Según el
comunicado de prensa emitido "entre las posibilidades
que permite el cine digital está el 3-D,
que requiere de un servidor y proyector especiales,
adicionales al servidor y proyector digital. La
imagen real estereoscópica en 3-D se consigue
mediante el uso de dos cámaras de filmación
simultáneas para reproducir la visión
del ojo derecho y del ojo izquierdo. Con esta
nueva tecnología, el espectador recibe
las dos imágenes digitales al mismo tiempo,
una a través de cada ojo. Estas dos imágenes
son proyectadas de forma ligeramente separada
y es el cerebro quien, gracias a los lentes específicos,
las une. El 3-D en tecnología digital elimina
las limitaciones anteriores y garantiza una experiencia
visual con una calidad desconocida hasta ahora."
Entre algunos
de los títulos que se anuncian, además
de Viaje… están
las animaciones Bolt (Byron Howard, Chris Williams,
2008), Fly Me to the Moon (Ben
Stassen, 2008), Monsters vs. Aliens
(Rob Letterman, Conrad Vernon, 2009), y el esperado
thriller de ciencia ficción Avatar
(2009) del canadiense James Cameron.
¿Pero qué
hay del viejo cine en tercera dimensión
tal cual lo conocemos? Hay mucho para decir, claro,
pero esta vez optamos por dejarles algunas películas
(ordenadas por fecha de estreno) que llegaron
a Uruguay en los últimos 25 años,
más precisamente al cine Ambassador, que
estaba donde hoy hay un estacionamiento gigantesco,
en Julio Herrera entre 18 y San José, y
al cine Luxor, hoy Grupocine Ejido, que se dedicaba
a proyectar películas eróticas (con
las famosas "franja verde") y luego
condicionadas, entre otros recintos.
En 1983, con Tiburón
3-D, de Joseph Alves, nuestro país
revivía el cine en tercera dimensión,
a más de tres décadas de haberlo
tenido en una película y por primera vez
en salas nacionales, más precisamente en
1952 y con El Diablo Bwana, de
Arch Oboler, que sólo por esa razón
figura en la lista que sigue.
Otras películas
3-D que se estrenaron en cines uruguayos, luego
de la de Oboler, fueron Ticonderoga
(1953), un western de William Castle y con George
Montgomery; El hombre en las tinieblas
(1953), thriller de Lew Landers considerado el
primer film hecho en 3-D por un estudio mayor
(Columbia); Huellas en el infierno,
drama de Roy Ward Baker distribuido por la 20th
Century Fox; y el clásico de ciencia ficción
Llegaron de otro mundo (1953)
de Jack Arnold y sobre historia de Bradbury. **
(ver aclaración al final de la nota)
También
hubo otras, como Museo de cera
(1953), del francés André De Toth,
y Hermanos enemigos (1953), de
Raoul Walsh que no se dieron en 3-D en Montevideo
y cuyos directores no pudieron ver el efecto en
tercera dimensión, ya que veían
de un ojo solo. Otros de los numerosos ejemplos
de films hechos originalmente en 3-D pero que
aquí se proyectaron en formato normal fueron
¡Bésame, Catalina!
(George Sidney, 1953), Hondo
(John Farrow, 1953), La mujer de Satanás
(Curtis Bernhardt, 1954), El monstruo
de la Laguna Negra (Jack Arnold, 1954),
y Cazador del espacio: Aventuras en la
zona prohibida (Lamont Johnson, 1983).
Ahora sí, vamos a la lista:
EL DIABLO BWANA (Arch Oboler,
1952) - Según figura en "Cinestrenos",
la base de datos creada por el fallecido amigo
compatriota Osvaldo Saratsola y que hoy día
continúa nuestro colega Jaime E. Costa,
"esta aventura selvática fue la
primera película de largometraje exhibida
en Montevideo en 3-D, con lentes apropiados para
que el espectador pudiera ver la imagen en relieve
y a $ 1,50 la entrada (por problemas impositivos,
era $ 1,19 la platea más $ 0,41 por la
compra de lentes polarizados). La propaganda prometía
`un león en su falda´, mientras la
Britton parecía salir de la pantalla y
abrazar a los espectadores."

Estos lentes eran los que
se entregaban para ver El Diablo Bwana
(y un crítico uruguayo todavía
los tiene en su casa) *
(ver aclaración al final de la nota)
La historia de esta película clase B se
basaba en el mismo caso real en el que el guionista
William Goldman se inspiró para Garras:
Donde comienza la leyenda (1996) del
jamaiquino Stephen Hopkins, film protagonizado
por Val Kilmer y Michael Douglas. En 1898 dos
leones llegaron a matar a 130 trabajadores en
Kenya, mientras se estaba construyendo un puente,
lo que motivó la reacción obsesiva
de uno de los ingenieros (también de un
cazador contratado por la empresa británica
que allí operaba), dispuesto a dar con
los peligrosos felinos para eliminarlos. El tema
fue siempre saber si los animales eran reales
o no, y de ahí el nombre del título
original del film de Hopkins, The Ghost
and the Darkness ("El fantasma y
la oscuridad").

Una foto del estreno
en Estados Unidos
El Diablo Bwana fue la primera película
3-D filmada en colores y se estrenó en
un momento donde la televisión estaba empezándole
a quitar espectadores a las salas de cine norteamericanas.
Un año más tarde (1953) se estrenaría
en Estados Unidos la remake (en 3-D) de Los
crímenes del museo (Michael Curtiz,
1933); y el resultado fue otro clásico:
Museo de cera (el informe especial
sobre casas de cera lo tienen por
aquí).
El Diablo
Bwana fue filmada, además de en
California, en Kenya, Uganda y en la República
Democrática del Congo, y la protagonizaron
el recientemente fallecido Robert Stack y Barbara
Britton. El director Arch Oboler volvería
a hacer una película 3-D, también
de bajo presupuesto, en The Booble
(1966), su penúltimo trabajo para cine,
sobre una invasión extraterrestre.

TIBURÓN 3-D (Joe Alves, 1983)
- Bueno, acá hubo de todo un poco. Para
empezar, Richard Matheson fue uno de los guionistas,
que luego aclaró que hubo varias intervenciones
en el libreto, que terminaron cambiando un relato
que al principio iba a ser sobre un tiburón
que quedaba atrapado en un lago. Finalmente se
optó por uno que apareciera en un parque
acuático y cuyo motivo fuera vengar la
muerte de su pequeña cría, muerto
en realidad por causas propias y no por culpa
del hombre. Tanto biólogos marinos como
turistas iban, entonces, a sufrir en carne propia
el enojo de esta enorme hembra, mientras los espectadores
disfrutaban de los efectos 3-D con unos lentes
de cartón y con rayas azules y verdes.
Es evidente que
cada secuela de Tiburón
(Steven Spielberg, 1975) fue de mal en peor; las
dos primeras presentaron gran cantidad de problemas
al momento de ser filmadas. La cuarta, ya sin
el guionista que estuvo en las tres anteriores,
Carl Gottlieb, se tornó aburridísima,
inaguantable, con un escualo que apenas aparecía.
Para peor la historia se dio el lujo de ignorar
lo que pasaba en la tercera parte. Pero al menos
Tiburón 3-D tenía
algunas escenas de ataque bastante aceptables
y que no descansaban en el efecto 3-D. De todas
maneras, varios de los actores (como Michael Caine)
que participaron en la tercera o en la cuarta
parte han preferido ignorar las películas
dentro de sus respectivos curriculums; ambas cosecharon
nominaciones y hasta premios para los famosas
Frambuesas Doradas, que se entregan anualmente
al peor cine de Hollywood.
El director de
Tiburón 3-D, Joseph Alves,
había trabajado nada menos que con Rod
Serling en el diseño artístico de
la serie Galería Nocturna,
y también con realizadores como Steven
Spielberg y John Carpenter.
Y como dato curioso,
el día del estreno en el cine Ambassador
(Año Nuevo, 1984) se encontraba el famoso
basquetbolista Jeff Granger (que en ese momento
defendía a Aguada), quien comenzó
a firmar autógrafos antes de comenzar la
función… en los propios lentes que
daban a la entrada. Y por si te quedás
con más ganas de monstruos marinos acá
va un informe especial
hecho el año pasado.

MARTES 13, 3RA. PARTE - 3-D (Steve Miner,
1982) - El estreno que hizo bajar a Tiburón
3-D de cartel, apenas un mes después
de su llegada a Montevideo, fue una nueva entrega
de Martes 13.
En época de dictadura se cumplía
estrictamente la prohibición de no dejar
entrar menores a ver obras que solamente eran
aptas para mayores de 18 años. Pero si
ibas de tarde y todavía eras personaje
conocido de la boletera y el portero… Por
más información aquí está
el informe especial
que habíamos hecho años atrás,
junto al amigo Jorge Pinheiro y que también
incluye (en otro link que está dentro)
fotos de todos los actores que llegaron a interpretar
al macanudazo de Jason.
Como curiosidades,
en el guión (no acreditado) participó
el rumano Petru Popescu, colibretista de La
última ola (1977) de Peter Weir.
También alguien que luego sería
eterno asistente de Tarantino, por momentos hasta
su mano derecha: Martin Kitrosser. Su ópera
prima fue la quinta parte de la famosa saga Silent
Night, Deadly Night (The Toy
Maker, 1991; una de las más prolijas),
que en Uruguay se editó directamente en
video con el título de Juguetes
diabólicos. Aquí Kitrosser
tuvo como colibretista a Brian Yuzna, y en el
papel de malvado fabricante de juguetes asesinos…
a Mickey Rooney.
La otra cosa curiosa es que este afiche es el
alternativo al original (que lo pueden ver en
el informe que les mencionábamos) y que
aprovechó para mostar al famoso psicópata
con la tradicional máscara, ya que en esta
secuela se la puso por primera vez, quedando inmortalizado
con esa imagen.

EL TESORO DE LAS CUATRO CORONAS - EN TERCERA DIMENSIÓN
(Ferdinando Baldi, 1983) - La década
del ´80 fue invadida por numerosas propuestas
aventureras y que rescataban el espíritu
de las viejas matinée, especialmente a
partir de clásicos como La Guerra
de las Galaxias (George Lucas, 1977)
y Los cazadores del Arca Perdida
(Steven Spielberg, 1981).
Y el cine italiano de género, especialmente
el de bajo presupuesto (comparándolo con
las cifras que se movían en la industria
norteamericana), hacía lo que podía
por brindarnos en esa década algunos ejemplos
que en muchas ocasiones no iban directamente al
video sino que lograban pasar por la pantalla
grande.
Esta película
del recientemente fallecido director Ferdinando
Baldi (hacedor de péplums y spaghetti-westerns)
fue el entretenimiento casi perfecto para las
plateas infantiles y adolescentes en busca de
sensaciones 3-D, porque te tiraban con todo desde
la pantalla.
Pero Baldi, en su segundo trabajo en tercera dimensión
(el primero lo había hecho un año
antes y se llamó Yendo hacia ti,
con el mismo protagonista, Tony Anthony, y…
Victoria Abril) se preocupó más
de los efectos que de la historia en sí,
que igual se dejaba ver, si uno no se pone muy
exigente, porque cuando eras chico no ibas a analizar
sino a disfrutar todo lo que podías. La
música estuvo a cargo de Ennio Morricone
y la serpiente gigante que salía de un
pantano en el final era comentario cantado a la
salida del cine.
Ahí el cine Ambassador paró su tanda
de estrenos en 3-D, que retomaría más
tarde, gracias a una producción de Andy
Warhol, que adaptaba (o intentaba parecerse en
algo) a un clásico de la literatura.

AMOR EN TERCERA DIMENSIÓN (Walter
Boos, 1972) - Querer entrar al cine Luxor con
tus amigos, cuando eras menor de edad, implicaba
que podían llegar a correrte a balazos
hasta el último rincón del sistema
solar y más allá de las galaxias.
El "vamos… ¡fuera!" más
chico podía escucharse desde el Parque
Bossio. Pero lo que los señores porteros
no entendían era que queríamos ver
solamente los efectos 3-D, porque las películas
que ahí daban, después las íbamos
a ver en copias todas baqueteadas al viejo y querido
Copacabana (dos al precio de una) o en el Belvedere
Palace. Pero en el Luxor nunca corrías
con suerte. En el afiche podías ver la
frase comercial: "Tendrá la sensación
de poder acariciar todo lo que vea."
Algunos de los
objetos que te aparecían (vistos finalmente
en 2D): un loro cabezón, pelotas de plástico
cayendo desde una escalera, un auto y una moto
que se te vienen encima, un calzoncillo volador,
los puños de un tipo ejercitándose,
un chorro de agua, una cama que cae desde lo alto
de un edificio, una tarántula gigante y
obviamente… lo más obvio, que ya
te lo imaginarás.
El director alemán Walter Boos casi siempre
se dedicó a hacer este tipo de comedias
eróticas; en esta ocasión tuvo la
suerte de contar con la luego famosa comediante
Ingrid Steeger, que antes había quedado
escrachada al aparecer en un corto pornográfico
donde ella no estaba acreditada pero que alguien
lo descubrió. Todo terminó en un
juicio que llevó a que el corto quedara
fuera de circulación.
Según "Cinestrenos",
y tal cual lo anunciaba la publicidad en su momento,
éste fue "el primer film sexy en 3-D
exhibido en Montevideo".

FRANKENSTEIN EN 3-D (Paul Morrisey, Antonio
Margheriti, 1973) - El cine Ambassador volvía
a la carga con películas en tercera dimensión,
más de un año y medio después
del estreno de El tesoro…,
pero esta vez se la jugó por un experimento
salido del laboratorio de Andy Warhol y con codirección
de su amigo, compañero de trabajo y hombre
de confianza Paul Morrisey, que estuvo acompañado
en la realización por el italiano Antonio
Margheriti, alias Anthony Dawson. Y por la censura
que reinaba en época de dictadura el film
se estrenó en Uruguay doce años
después de haber sido terminado.
El asunto acá
venía por el lado de que al Barón
Frankenstein (Udo Kier, memorable científico
loco, desquiciado) se le había ocurrido
hacer una raza superior en su Serbia natal y no
tuvo mejor idea que empezar por fabricar, pedazos
de cadáveres y maquinaria mediante, el
cuerpo de una mujer. Y esa mujer, obviamente,
necesitaría un hombre de sus mismas características
para poder procrear. Pero una vez terminada la
tarea se da cuenta que el cerebro del hombre pertenecía
al de un aspirante a sacerdote.
No hay duda de
que los toques gore corrieron por cuenta de Margheriti
y que el humor bizarro y hasta ciertas connotaciones
políticas corrían por el lado de
Morrisey. Y que entre los dos se las ingeniaron
para aportar una buena cuota de locura a esta
siniestra, rarísima adaptación,
entre mucha sangre y escenas de sexo que no se
guardaban casi nada (la película fue mutilada
y calificada de "estrictamente prohibida
para menores de 18 años" cuando se
estrenó) y que se convirtió en objeto
de culto hasta en el glorioso Video Club "Del
Sol" (hoy Video 18), con esa caja de cartón
grandota que se imponía desde la estantería
(no venía con estuche de plástico).
Entre las curiosidades,
Tonino Guerra figura como colibretista y Carlo
Rambaldi como encargado de efectos especiales.
Por si fuera poco una adaptación de Drácula
(Sangre para Drácula;
sin 3-D y sin sufrir tanta censura) se estrenaría
un año más tarde, también
desde los estudios Cinecittà y bajo la
batuta de Morrisey (sin Margheriti), con coproducción
de Warhol, reiterando ironías socio-políticas,
y con apariciones nada menos que de Vittorio De
Sica, Roman Polanski y obviamente Udo Kier, como
el Conde Drácula, en una carrera contra
el tiempo para poder encontrar en Italia la sangre
"virgen" que le permitiera seguir viviendo.
Cabe señalar que ambas versiones de estos
clásicos literarios fueron filmadas al
mismo tiempo y que las ediciones en DVD traen
todo el material, sin cortes.

EMMANUELLE 4 (Francis Leroi, Iris Letans,
1984) - Una de las últimas películas
"franja verde" que el cine Luxor estrenaba
una vez finalizada la dictadura en Uruguay, y
cuando casi un año antes El último
tango en París (1972) de Bertolucci
se había estrenado en el California (con
cortes) causando algún que otro revuelo.
La inmortal Silvia Krystel volvía para
esta secuela hecha en 3-D, buscando su renacer
sexual en Brasil. Un dato curioso es que no nació
en Francia sino en Holanda, lugar donde actualmente
trabaja, más precisamente en Ámsterdam,
fuera del negocio del cine y la TV. En 2005 casi
muere al agarrarse un cáncer de garganta
y del que la salvaron en los descuentos.
Cabe señalar
que cuando se estrenó en Estados Unidos
la tercera parte de Emmanuelle
(en 1977) salió en cines Blonde
Emmanuelle, protagonizada por la actriz
porno Serena y su famoso colega John Holmes. La
película contenía partes en 3-D
y no pasó por cines uruguayos, aunque en
Venezuela sí se dio, con el título
Emmanuelle rubia. El director
del film, Stephen Gibson, también había
hecho The Playmates (1974), su
ópera prima, también en 3-D, al
igual que Hard Candy (1976).
Otro film erótico en 3-D, coproducido entre
Estados Unidos y Suecia, y que no pasó
por cines uruguayos fue What the Swedish
Butler Saw (Vernon Becker, 1975).
Como curiosidades,
y fuera de lo que son las películas en
3-D, pocas semanas después del estreno
de Emmanuelle 4 llega a Montevideo
Calígula (Tinto Brass,
1979), batiendo récord de espectadores.
El imperio de los sentidos (1976)
del japonés Nagisa Oshima tampoco se quedó
atrás y fue calificada, al igual que El
diablo en el cuerpo (1985) de Marco Bellocchio,
con la novedosa "Franja roja", que para
nosotros quería decir algo así como
"No apta para menores de 79 años"
o "¡Alerta, peligro de muerte aunque
pase por la sala a ver los afiches! Después
vendrían Garganta profunda
(1972) y El diablo en la señorita
Jones (1972), ambas hechas por el recientemente
fallecido Gérard Damiano.
SUPERSEXO
EN 3ª DIMENSIÓN (Amato Bozelli,
1983) - Antes de la polémica Saló
o los 120 días de Sodoma (1975)
de Pasolini había llegado (en 1986) esta
película alemana del tano Bozelli (alias
Walter Molitor), muy buscada y cuyo video original
se anda ofreciendo en Internet, con precios que
van de 50 a 100 dólares, ya que es muy
difícil de encontrar. Se dio en el Luxor
(que igual seguía siendo una especie de
Área 51 para toda barra de amigos que quisiera
ir a ver algo) pero sinceramente no recordamos
que haya pasado luego por algún cine de
barrio.
DINASTÍA (Chang Mei Chung,
1977) - Vaya uno a saber cómo esta película
fue a estrenarse directamente en un cine Arizona
que cerraría sus puertas poco tiempo después,
a fines de 1988, ya que en ese momento la sala
estaba dedicada de lleno a lo que eran las funciones
con bonos escolares y liceales en vacaciones y,
lamentablemente, se veía venir su cierre,
ante lo que era el boom de los videoclubes. Quizás
el distribuidor uruguayo de Dinastía,
una espectacular película de kung fu, coproducida
entre Taiwán y Hong Kong, no estaba entre
los que manejaban los clásicos sellos norteamericanos
y de ahí quizás que no pudiera conseguir
lugar en una sala céntrica para ser estrenada.
Según las averiguaciones que pudimos hacer,
efectivamente el film pertenecía a una
ya desaparecida distribuidora independiente, cuyo
local estaba en la calle Yí.

PESADILLA 6: LA MUERTE DE FREDDY (Rachel
Talalay, 1991) - Al famoso asesino de la calle
Elm se le estaban agotando las baterías
y algo había que hacer para que la gente
volviera a ver al tradicional adversario de nuestro
querido Jason en pantalla y manteniendo sus buenos
números en taquilla.
Acá hubo una cosa bastante particular,
ya que las primeras tres cuartas partes de la
película se podían ver perfectamente
en 2-D… hasta que la heroína de turno
se ponía los lentes en una de las escenas
finales (con rayas azules y rojas, igual a los
que te daban en la entrada) y ahí todos
los presentes disfrutaban al menos unos minutos
de los efectos, porque la película en sí
era bastante floja (por suerte después
apareció Craven y recompuso todo con La
nueva pesadilla).
Esta secuela pasó por el majestuoso Cine
Metro, que algunos meses antes había estrenado
tímidamente Martes 13 VIII: Jason
toma Manhattan (Rob Hedden, 1989), una
de nuestras películas de cabecera, como
para que entre al archivo del Museo de Arte Moderno
de Nueva York.
La directora Rachel
Talalay debutaba detrás de cámaras
con esta sexta parte de Pesadilla en lo
profundo de la noche (Wes Craven, 1984);
luego haría el thriller terrorífico
Alta tensión (1993) y
la comedia futurista Tank Girl
(1995; estrenada directamente en video en Uruguay
y donde aparecía una por entonces desconocida
Naomi Watts) para después dedicarse de
lleno a dirigir capítulos para series de
televisión. El coguionista Michael De Luca
haría luego, entre otras cosas, el libreto
de la lovecraftiana En la boca del miedo
(1994) de John Carpenter.
Talalay fue la única mujer directora en
toda la saga de Pesadilla...
|
|
Mini
Espías 3-D |
Las
aventuras del Niño Tiburón
y la Niña de Fuego 3-D |
MINI ESPÍAS
3-D (Robert Rodríguez, 2003) -
Otro caso más donde Rodríguez dispone
de sus buenos dólares de presupuesto y
hace una película flojísima, la
peor de las tres partes y probablemente de toda
su carrera (para colmo, a la salida del cine te
pedían los lentes).
El niño
espía esta vez tenía que meterse
en un videojuego para salvar a su hermana, aunque
antes debía luchar contra todo tipo de
amenazas virtuales. La idea básica se parece
muchísimo a la de Tron
(1982), de Steven Lisberger, pero a esta secuela
también hay que sumarle efectos 3-D apáticos,
carentes de impacto, más una historia sumamente
liviana y para nada entretenida, por encima de
todas las apariciones de famosos que había
(desde Ricardo Montalbán hasta George Clooney).
Cuando salió
editada en DVD, el que la alquilaba tenía
la posibilidad de llevarse los lentes para verla
en su casa; claro está que luego los tenía
que devolver al videoclub.
LAS AVENTURAS DEL NIÑO TIBURÓN
Y LA NIÑA DE FUEGO EN 3-D (Robert
Rodríguez, 2005) - El director mexicano
vuelve a la carga con un nuevo trabajo en tercera
dimensión, ahora a partir de una idea que
le había surgido a su pequeño hijo,
y acompañado en el guión por su
hermano Marcel. Los resultados, si bien siguen
sin llamar tanto la atención, mejoran un
poco respecto a Mini-Espías 3-D.
Aquí los
héroes del título, creados por la
mente de un niño que venía siendo
objeto de burla de parte de sus compañeros
de clase, acuden hacia él para pedirle
ayuda, dado que el planeta que también
creara su mente, y donde viven sus nuevos amigos,
se encuentra en serios problemas: una fuerza alienígena
amenaza con dejar a ese nuevo mundo sumido en
tinieblas.
Está claro
que la historia es un poco más imaginativa
(de todas maneras, hay un parecido con el argumento
de El último guerrero espacial,
de Nick Castle) y un poquito más dinámica,
aunque los efectos en tercera dimensión
siguen sin convencer y, como en Mini Espías
3-D, la capacidad de asombro queda relegada
ante tanta nueva tecnología desplegada
al momento de crear escenarios y sobre todo cuando
entran a gravitar y de forma abrumadora los efectos
especiales.
OTROS LARGOMETRAJES 3-D QUE NO LLEGARON A ESTRENARSE
EN CINES URUGUAYOS
The
Stewardesses (Al Silliman Jr., 1969) -
Un film baratísimo (incluyendo una técnica
para 3D que luego se usaría en posteriores
trabajos durante el nuevo boom, en los ´80),
donde no falta violencia ni desnudos, aunque la
publicidad lo rotulaba como "una comedia
dramática". Se comentaba que ésta
película no tenía guión,
que se hizo toda improvisada. Pero este no sería
el único trabajo 3-D de Silliman, que en
1978 sí haría una comedia en 3-D
que se llamó Surfer Girls,
coescrita por el luego fotógrafo de Tiburón
3-D.
A*P*E
(Paul Leder, 1976) - Aprovechando el lanzamiento
de la nueva versión de King Kong
(John Guillermin, 1976), en este film un gigantesco
gorila causa pavor en las costas surcoreanas,
apoderándose de una actriz norteamericana
que estaba haciendo una película en el
país asiático.
Revenge
of the Shogun Women (Chang Mei Chun, 1977)
- Del mismo director de Dinastía,
ahora la acción pasaba para el lado de
trece mujeres que se convierten en monjas, luego
de haber sido atacadas. Pero también tienen
tiempo para aprender kung fu, por lo que cuando
salen del templo van a buscar directamente a aquellos
que las habían humillado.
Los
súper guardaespaldas (Wei Lo, 1978)
- Una más (a esa altura ya llevaba actuando
en casi 30 películas) de la etapa "seria"
de Jackie Chan, que igual se guarda alguna parte
graciosa, entre numerosas escenas de acción
y mientras el protagonista debe escoltar a una
mujer en un largo viaje. Curiosamente, sí
hubo películas que aquí se estrenaron
de Wei Lo y con Jackie Chan, pero ésta
no.
Parasite
(Charles Band, 1982) - Un científico crea
una forma de vida que a medida que come crece
en proporciones gigantescas. De las dos criaturas,
una está dentro de su cuerpo, pero primero
deberá matar a la que está fuera,
antes que la que lleva consigo lo mate.
Rottweiler:
Dogs of Hell (Worth Keeter, 1982) - Un
grupo de perros "Rottweiler", entrenados
por el ejército norteamericano para matar
seres humanos, escapa y aterroriza un pequeño
pueblo y un sheriff deberá defenderlo.
Ese mismo año se estrenaba la interesantísima
Perro blanco, de Samuel Fuller.
Amityville
3-D (Richard Fleischer, 1983) - Segunda
aparición como actriz de una por entonces
desconocida Meg Ryan y una de las peores y más
aburridas películas de Richard Fleischer,
aquí intentando causar escalofríos
en la famosa casa embrujada, cuya película
original tuvo una remake desastrosa.
The
Man Who Wasn´t There (Bruce Malmuth,
1983) - Comedia en la que un hombre bebe de una
sustancia que lo hace invisible y de ahí
en más es perseguido por agentes que quieren
apoderarse del novedoso líquido verde.
Sexcalibur
(Dinin Dicimino, 1983) - Parodia en clave erótica
sobre el film de culto de John Boorman, Excalibur
(1981), sobre mujer que encuentra una máscara
mágica y es trasladada a la Edad Media
para seducir cuanto bicho se mueva.
Metalstorm:
The Destruction of Jared-Syn (Charles Band,
1983) - Aventura futurista con mundo devastado
cuyo héroe ayuda a una mujer a vengar la
muerte de su padre. El legendario productor clase
B, Charles Band, se sacó las ganas de hacer
3-D una vez más, y volvería a la
carga casi 15 años más tarde.
Hit
the Road Running (Worth Keeter, 1983) -
Segundo de los cinco films que haría el
director Keeter en 3-D, aquí con una comedia
de acción inspirada en la popular serie
Los Dukes de Hazzard.
Silent
Madness (Simon Nuchtern, 1984) - Un psicópata
escapa del hospital en que estaba para seguir
con sus matanzas en un monasterio, siendo perseguido
hasta por su propia doctora. Nuchtern fue director
no acreditado de la famosa (y supuesta) película
snuff, El ángel de la muerte
(Michael y Roberta Findlay, 1976).
Hot
Heir (Worth Keeter, 1984) - Keeter vuelve
a la acción 3D, ahora con una película
filmada, entre otros lugares, en una base militar
abandonada que el gobierno de Estados Unidos usaba
en la Guerra Fría. Si te gustan los aviones…
Chain
Gang (Worth Keeter, 1984) - Cuarta película
en 3D de Keeter, aquí sobre un vagabundo
en busca de empleo que accidentalmente es acusado
de una violación y enviado a la cárcel.
Ahí se vengará (con bastante sangre
de por medio) de los brutales maltratos que recibe
apenas llega.
Tales
of the Thrid Dimension (Tom Durham, Tom
McIntyre, Earl Owensby… y Worth Keeter,
1984) - Y se va la quinta y última para
Keeter en 3-D, ahora acompañado de tres
directores más, que incursionan en el terror
a través de tres historias (una de vampiros,
otra de un cementerio maldito y la tercera sobre
un psicópata en Navidad), muy en la onda
de la nueva Dimensión Desconocida.
Hyperspace
(Todd Durham, 1984) - Una comedia fantástica
que evoca en clave de humor a la saga Star
Wars; el héroe de turno aterriza
accidentalmente en un planeta muy lejano a donde
tenía previsto ir aunque igual se dispone
a encontrar a su princesa.
Starchaser:
The Legend of Orin (Steve Hahn, 1985) -
Increíblemente esta aventura de ciencia
ficción nunca se estrenó en cines
uruguayos. Coproducida entre Estados Unidos y
Corea del Sur, fue la primera animación
hecha en 3-D de la historia del cine.
The
Street Corner Kids: Secrets of the Twin Sister
(Margaret Raphael, 1994) - Comedia infantil, coproducida
entre Estados Unidos y Canadá. Tuvo una
secuela que se llamó A Placed Called
Elmira, un año más tarde.
The
Creeps (Charles Band, 1997) - Comedia bizarra
sobre científico loco que crea a famosos
monstruos de la historia del cine pero algo sale
mal, perdiendo el control sobre sus flamantes
criaturas.
NOTA *:
Los lentes que se exhiben en esa foto no son los
que se daban en Montevideo, cuando se estrenó
El Diablo Bwana, sino los que
se entregaban en Estados Unidos. El colega al
que hacemos referencia en el texto de la foto
es Álvaro Sanjurjo, quien nos aportó
algunos datos muy interesantes y desde el lugar
de los hechos.
"El 2-9-38, acompañando
al film 3 camaradas (que no era
3D) el Metro comenzó a exhibir Audioscopics
(Audioskopiks, 1935) un corto en tercera dimensión.
El mismo formaría parte de un lote de cortos
3D producidos en el 35 por la Metro.
Los lentes para ver
El diablo Bwana se vendían
separados de la entrada. Lo mismo ocurrió
con Ticonderoga, donde se adquiría
solamente la entrada y en el que los lentes que
se vendían para la película de Arch
Oboler también servían para el film
de William Castle. Cuando
se supo que se iba a estrenar El diablo
Bwana (Radio City 22-07-53) el cine Metro
resucitó unos viejos cortometrajes en 3D
(con lente rojo y verde o azul).
El 23-05-53 el Metro acompañó el
estreno de Abnegación
con el corto en 3D Asesinato en Metroscopix
(Murder in 3D, de George Sidney, 1941). El Gran
Palace, a su vez, exhibió en 3D Huellas
en el infierno y como complemento, también
en 3D, el corto Fantasmas (Spooks)
con los Tres Chiflados.
En los lentes de El diablo Bwana
se podia leer en su frente y en la parte superior:
“MAGIC VUERS 3D MAGIC VUERS”. Como
se entregaban sin doblar las patillas, sobre estas
se lee “Fold Back Here”.
NOTA **: Queremos aclararle a
nuestros lectores que el informe no incluye información
sobre cortometrajes proyectados en 3D sino tan
solo de largos. Obviamente, le agradecemos al
colega Álvaro Sanjurjo su valioso aporte,
y también a Jaime E. Costa, quien, como
fiel testigo en el lugar de los hechos y según
aparece en "Cinestrenos", hubo un largo
titulado Sangaree (drama de Edward
Ludwig, producido en 1953) que también
se estrenó en 3D en Uruguay, cuando nosotros
y según los datos recabados teníamos
a esa película como que solamente se había
estrenado en Buenos Aires (en tercera dimensión)
y no en Montevideo. Pero al final sí se
dio aquí en 3D, siendo la segunda y última
película en tercera dimensión proyectada
por el cine Radio City.
 |
|