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A propósito de la sala digital con nuevo 3-D en Uruguay
RECUERDOS DESDE LA OTRA TERCERA DIMENSIÓN

por Alejandro Yamgotchian (octubre, 2008)




El Diablo Bwana




Se trata de una verdadera revolución tecnológica, por cierto. Cines Hoyts Uruguay contará dentro de sus complejos con la primera sala de cine digital del país, que se inaugura el 7 de noviembre con Viaje al centro de la Tierra (Eric Brevig, 2008), nueva versión para pantalla grande de la clásica obra de Julio Verne que fue producida especialmente para esta tecnología, la cual "prescinde de los aspectos asociados a la proyección mecánica de las películas" y "se destaca por las sobresalientes posibilidades de posproducción por medios informáticos".

Según el comunicado de prensa emitido "entre las posibilidades que permite el cine digital está el 3-D, que requiere de un servidor y proyector especiales, adicionales al servidor y proyector digital. La imagen real estereoscópica en 3-D se consigue mediante el uso de dos cámaras de filmación simultáneas para reproducir la visión del ojo derecho y del ojo izquierdo. Con esta nueva tecnología, el espectador recibe las dos imágenes digitales al mismo tiempo, una a través de cada ojo. Estas dos imágenes son proyectadas de forma ligeramente separada y es el cerebro quien, gracias a los lentes específicos, las une. El 3-D en tecnología digital elimina las limitaciones anteriores y garantiza una experiencia visual con una calidad desconocida hasta ahora."

Entre algunos de los títulos que se anuncian, además de Viaje… están las animaciones Bolt (Byron Howard, Chris Williams, 2008), Fly Me to the Moon (Ben Stassen, 2008), Monsters vs. Aliens (Rob Letterman, Conrad Vernon, 2009), y el esperado thriller de ciencia ficción Avatar (2009) del canadiense James Cameron.

¿Pero qué hay del viejo cine en tercera dimensión tal cual lo conocemos? Hay mucho para decir, claro, pero esta vez optamos por dejarles algunas películas (ordenadas por fecha de estreno) que llegaron a Uruguay en los últimos 25 años, más precisamente al cine Ambassador, que estaba donde hoy hay un estacionamiento gigantesco, en Julio Herrera entre 18 y San José, y al cine Luxor, hoy Grupocine Ejido, que se dedicaba a proyectar películas eróticas (con las famosas "franja verde") y luego condicionadas, entre otros recintos.

En 1983, con Tiburón 3-D, de Joseph Alves, nuestro país revivía el cine en tercera dimensión, a más de tres décadas de haberlo tenido en una película y por primera vez en salas nacionales, más precisamente en 1952 y con El Diablo Bwana, de Arch Oboler, que sólo por esa razón figura en la lista que sigue.

Otras películas 3-D que se estrenaron en cines uruguayos, luego de la de Oboler, fueron Ticonderoga (1953), un western de William Castle y con George Montgomery; El hombre en las tinieblas (1953), thriller de Lew Landers considerado el primer film hecho en 3-D por un estudio mayor (Columbia); Huellas en el infierno, drama de Roy Ward Baker distribuido por la 20th Century Fox; y el clásico de ciencia ficción Llegaron de otro mundo (1953) de Jack Arnold y sobre historia de Bradbury. ** (ver aclaración al final de la nota)

También hubo otras, como Museo de cera (1953), del francés André De Toth, y Hermanos enemigos (1953), de Raoul Walsh que no se dieron en 3-D en Montevideo y cuyos directores no pudieron ver el efecto en tercera dimensión, ya que veían de un ojo solo. Otros de los numerosos ejemplos de films hechos originalmente en 3-D pero que aquí se proyectaron en formato normal fueron ¡Bésame, Catalina! (George Sidney, 1953), Hondo (John Farrow, 1953), La mujer de Satanás (Curtis Bernhardt, 1954), El monstruo de la Laguna Negra (Jack Arnold, 1954), y Cazador del espacio: Aventuras en la zona prohibida (Lamont Johnson, 1983). Ahora sí, vamos a la lista:


EL DIABLO BWANA (Arch Oboler, 1952) - Según figura en "Cinestrenos", la base de datos creada por el fallecido amigo compatriota Osvaldo Saratsola y que hoy día continúa nuestro colega Jaime E. Costa, "esta aventura selvática fue la primera película de largometraje exhibida en Montevideo en 3-D, con lentes apropiados para que el espectador pudiera ver la imagen en relieve y a $ 1,50 la entrada (por problemas impositivos, era $ 1,19 la platea más $ 0,41 por la compra de lentes polarizados). La propaganda prometía `un león en su falda´, mientras la Britton parecía salir de la pantalla y abrazar a los espectadores."


Estos lentes eran los que se entregaban para ver El Diablo Bwana (y un crítico uruguayo todavía los tiene en su casa) * (ver aclaración al final de la nota)



La historia de esta película clase B se basaba en el mismo caso real en el que el guionista William Goldman se inspiró para Garras: Donde comienza la leyenda (1996) del jamaiquino Stephen Hopkins, film protagonizado por Val Kilmer y Michael Douglas. En 1898 dos leones llegaron a matar a 130 trabajadores en Kenya, mientras se estaba construyendo un puente, lo que motivó la reacción obsesiva de uno de los ingenieros (también de un cazador contratado por la empresa británica que allí operaba), dispuesto a dar con los peligrosos felinos para eliminarlos. El tema fue siempre saber si los animales eran reales o no, y de ahí el nombre del título original del film de Hopkins, The Ghost and the Darkness ("El fantasma y la oscuridad").


Una foto del estreno en Estados Unidos



El Diablo Bwana
fue la primera película 3-D filmada en colores y se estrenó en un momento donde la televisión estaba empezándole a quitar espectadores a las salas de cine norteamericanas. Un año más tarde (1953) se estrenaría en Estados Unidos la remake (en 3-D) de Los crímenes del museo (Michael Curtiz, 1933); y el resultado fue otro clásico: Museo de cera (el informe especial sobre casas de cera lo tienen por aquí).

El Diablo Bwana fue filmada, además de en California, en Kenya, Uganda y en la República Democrática del Congo, y la protagonizaron el recientemente fallecido Robert Stack y Barbara Britton. El director Arch Oboler volvería a hacer una película 3-D, también de bajo presupuesto, en The Booble (1966), su penúltimo trabajo para cine, sobre una invasión extraterrestre.




TIBURÓN 3-D
(Joe Alves, 1983) - Bueno, acá hubo de todo un poco. Para empezar, Richard Matheson fue uno de los guionistas, que luego aclaró que hubo varias intervenciones en el libreto, que terminaron cambiando un relato que al principio iba a ser sobre un tiburón que quedaba atrapado en un lago. Finalmente se optó por uno que apareciera en un parque acuático y cuyo motivo fuera vengar la muerte de su pequeña cría, muerto en realidad por causas propias y no por culpa del hombre. Tanto biólogos marinos como turistas iban, entonces, a sufrir en carne propia el enojo de esta enorme hembra, mientras los espectadores disfrutaban de los efectos 3-D con unos lentes de cartón y con rayas azules y verdes.

Es evidente que cada secuela de Tiburón (Steven Spielberg, 1975) fue de mal en peor; las dos primeras presentaron gran cantidad de problemas al momento de ser filmadas. La cuarta, ya sin el guionista que estuvo en las tres anteriores, Carl Gottlieb, se tornó aburridísima, inaguantable, con un escualo que apenas aparecía. Para peor la historia se dio el lujo de ignorar lo que pasaba en la tercera parte. Pero al menos Tiburón 3-D tenía algunas escenas de ataque bastante aceptables y que no descansaban en el efecto 3-D. De todas maneras, varios de los actores (como Michael Caine) que participaron en la tercera o en la cuarta parte han preferido ignorar las películas dentro de sus respectivos curriculums; ambas cosecharon nominaciones y hasta premios para los famosas Frambuesas Doradas, que se entregan anualmente al peor cine de Hollywood.

El director de Tiburón 3-D, Joseph Alves, había trabajado nada menos que con Rod Serling en el diseño artístico de la serie Galería Nocturna, y también con realizadores como Steven Spielberg y John Carpenter.

Y como dato curioso, el día del estreno en el cine Ambassador (Año Nuevo, 1984) se encontraba el famoso basquetbolista Jeff Granger (que en ese momento defendía a Aguada), quien comenzó a firmar autógrafos antes de comenzar la función… en los propios lentes que daban a la entrada. Y por si te quedás con más ganas de monstruos marinos acá va un informe especial hecho el año pasado.




MARTES 13, 3RA. PARTE - 3-D
(Steve Miner, 1982) - El estreno que hizo bajar a Tiburón 3-D de cartel, apenas un mes después de su llegada a Montevideo, fue una nueva entrega de Martes 13.


En época de dictadura se cumplía estrictamente la prohibición de no dejar entrar menores a ver obras que solamente eran aptas para mayores de 18 años. Pero si ibas de tarde y todavía eras personaje conocido de la boletera y el portero… Por más información aquí está el informe especial que habíamos hecho años atrás, junto al amigo Jorge Pinheiro y que también incluye (en otro link que está dentro) fotos de todos los actores que llegaron a interpretar al macanudazo de Jason.

Como curiosidades, en el guión (no acreditado) participó el rumano Petru Popescu, colibretista de La última ola (1977) de Peter Weir. También alguien que luego sería eterno asistente de Tarantino, por momentos hasta su mano derecha: Martin Kitrosser. Su ópera prima fue la quinta parte de la famosa saga Silent Night, Deadly Night (The Toy Maker, 1991; una de las más prolijas), que en Uruguay se editó directamente en video con el título de Juguetes diabólicos. Aquí Kitrosser tuvo como colibretista a Brian Yuzna, y en el papel de malvado fabricante de juguetes asesinos… a Mickey Rooney.


La otra cosa curiosa es que este afiche es el alternativo al original (que lo pueden ver en el informe que les mencionábamos) y que aprovechó para mostar al famoso psicópata con la tradicional máscara, ya que en esta secuela se la puso por primera vez, quedando inmortalizado con esa imagen.




EL TESORO DE LAS CUATRO CORONAS - EN TERCERA DIMENSIÓN
(Ferdinando Baldi, 1983) - La década del ´80 fue invadida por numerosas propuestas aventureras y que rescataban el espíritu de las viejas matinée, especialmente a partir de clásicos como La Guerra de las Galaxias (George Lucas, 1977) y Los cazadores del Arca Perdida (Steven Spielberg, 1981).


Y el cine italiano de género, especialmente el de bajo presupuesto (comparándolo con las cifras que se movían en la industria norteamericana), hacía lo que podía por brindarnos en esa década algunos ejemplos que en muchas ocasiones no iban directamente al video sino que lograban pasar por la pantalla grande.

Esta película del recientemente fallecido director Ferdinando Baldi (hacedor de péplums y spaghetti-westerns) fue el entretenimiento casi perfecto para las plateas infantiles y adolescentes en busca de sensaciones 3-D, porque te tiraban con todo desde la pantalla.


Pero Baldi, en su segundo trabajo en tercera dimensión (el primero lo había hecho un año antes y se llamó Yendo hacia ti, con el mismo protagonista, Tony Anthony, y… Victoria Abril) se preocupó más de los efectos que de la historia en sí, que igual se dejaba ver, si uno no se pone muy exigente, porque cuando eras chico no ibas a analizar sino a disfrutar todo lo que podías. La música estuvo a cargo de Ennio Morricone y la serpiente gigante que salía de un pantano en el final era comentario cantado a la salida del cine.


Ahí el cine Ambassador paró su tanda de estrenos en 3-D, que retomaría más tarde, gracias a una producción de Andy Warhol, que adaptaba (o intentaba parecerse en algo) a un clásico de la literatura.




AMOR EN TERCERA DIMENSIÓN
(Walter Boos, 1972) - Querer entrar al cine Luxor con tus amigos, cuando eras menor de edad, implicaba que podían llegar a correrte a balazos hasta el último rincón del sistema solar y más allá de las galaxias. El "vamos… ¡fuera!" más chico podía escucharse desde el Parque Bossio. Pero lo que los señores porteros no entendían era que queríamos ver solamente los efectos 3-D, porque las películas que ahí daban, después las íbamos a ver en copias todas baqueteadas al viejo y querido Copacabana (dos al precio de una) o en el Belvedere Palace. Pero en el Luxor nunca corrías con suerte. En el afiche podías ver la frase comercial: "Tendrá la sensación de poder acariciar todo lo que vea."

Algunos de los objetos que te aparecían (vistos finalmente en 2D): un loro cabezón, pelotas de plástico cayendo desde una escalera, un auto y una moto que se te vienen encima, un calzoncillo volador, los puños de un tipo ejercitándose, un chorro de agua, una cama que cae desde lo alto de un edificio, una tarántula gigante y obviamente… lo más obvio, que ya te lo imaginarás.


El director alemán Walter Boos casi siempre se dedicó a hacer este tipo de comedias eróticas; en esta ocasión tuvo la suerte de contar con la luego famosa comediante Ingrid Steeger, que antes había quedado escrachada al aparecer en un corto pornográfico donde ella no estaba acreditada pero que alguien lo descubrió. Todo terminó en un juicio que llevó a que el corto quedara fuera de circulación.

Según "Cinestrenos", y tal cual lo anunciaba la publicidad en su momento, éste fue "el primer film sexy en 3-D exhibido en Montevideo".




FRANKENSTEIN EN 3-D
(Paul Morrisey, Antonio Margheriti, 1973) - El cine Ambassador volvía a la carga con películas en tercera dimensión, más de un año y medio después del estreno de El tesoro…, pero esta vez se la jugó por un experimento salido del laboratorio de Andy Warhol y con codirección de su amigo, compañero de trabajo y hombre de confianza Paul Morrisey, que estuvo acompañado en la realización por el italiano Antonio Margheriti, alias Anthony Dawson. Y por la censura que reinaba en época de dictadura el film se estrenó en Uruguay doce años después de haber sido terminado.

El asunto acá venía por el lado de que al Barón Frankenstein (Udo Kier, memorable científico loco, desquiciado) se le había ocurrido hacer una raza superior en su Serbia natal y no tuvo mejor idea que empezar por fabricar, pedazos de cadáveres y maquinaria mediante, el cuerpo de una mujer. Y esa mujer, obviamente, necesitaría un hombre de sus mismas características para poder procrear. Pero una vez terminada la tarea se da cuenta que el cerebro del hombre pertenecía al de un aspirante a sacerdote.

No hay duda de que los toques gore corrieron por cuenta de Margheriti y que el humor bizarro y hasta ciertas connotaciones políticas corrían por el lado de Morrisey. Y que entre los dos se las ingeniaron para aportar una buena cuota de locura a esta siniestra, rarísima adaptación, entre mucha sangre y escenas de sexo que no se guardaban casi nada (la película fue mutilada y calificada de "estrictamente prohibida para menores de 18 años" cuando se estrenó) y que se convirtió en objeto de culto hasta en el glorioso Video Club "Del Sol" (hoy Video 18), con esa caja de cartón grandota que se imponía desde la estantería (no venía con estuche de plástico).

Entre las curiosidades, Tonino Guerra figura como colibretista y Carlo Rambaldi como encargado de efectos especiales. Por si fuera poco una adaptación de Drácula (Sangre para Drácula; sin 3-D y sin sufrir tanta censura) se estrenaría un año más tarde, también desde los estudios Cinecittà y bajo la batuta de Morrisey (sin Margheriti), con coproducción de Warhol, reiterando ironías socio-políticas, y con apariciones nada menos que de Vittorio De Sica, Roman Polanski y obviamente Udo Kier, como el Conde Drácula, en una carrera contra el tiempo para poder encontrar en Italia la sangre "virgen" que le permitiera seguir viviendo. Cabe señalar que ambas versiones de estos clásicos literarios fueron filmadas al mismo tiempo y que las ediciones en DVD traen todo el material, sin cortes.




EMMANUELLE 4
(Francis Leroi, Iris Letans, 1984) - Una de las últimas películas "franja verde" que el cine Luxor estrenaba una vez finalizada la dictadura en Uruguay, y cuando casi un año antes El último tango en París (1972) de Bertolucci se había estrenado en el California (con cortes) causando algún que otro revuelo. La inmortal Silvia Krystel volvía para esta secuela hecha en 3-D, buscando su renacer sexual en Brasil. Un dato curioso es que no nació en Francia sino en Holanda, lugar donde actualmente trabaja, más precisamente en Ámsterdam, fuera del negocio del cine y la TV. En 2005 casi muere al agarrarse un cáncer de garganta y del que la salvaron en los descuentos.

Cabe señalar que cuando se estrenó en Estados Unidos la tercera parte de Emmanuelle (en 1977) salió en cines Blonde Emmanuelle, protagonizada por la actriz porno Serena y su famoso colega John Holmes. La película contenía partes en 3-D y no pasó por cines uruguayos, aunque en Venezuela sí se dio, con el título Emmanuelle rubia. El director del film, Stephen Gibson, también había hecho The Playmates (1974), su ópera prima, también en 3-D, al igual que Hard Candy (1976). Otro film erótico en 3-D, coproducido entre Estados Unidos y Suecia, y que no pasó por cines uruguayos fue What the Swedish Butler Saw (Vernon Becker, 1975).

Como curiosidades, y fuera de lo que son las películas en 3-D, pocas semanas después del estreno de Emmanuelle 4 llega a Montevideo Calígula (Tinto Brass, 1979), batiendo récord de espectadores. El imperio de los sentidos (1976) del japonés Nagisa Oshima tampoco se quedó atrás y fue calificada, al igual que El diablo en el cuerpo (1985) de Marco Bellocchio, con la novedosa "Franja roja", que para nosotros quería decir algo así como "No apta para menores de 79 años" o "¡Alerta, peligro de muerte aunque pase por la sala a ver los afiches! Después vendrían Garganta profunda (1972) y El diablo en la señorita Jones (1972), ambas hechas por el recientemente fallecido Gérard Damiano.

SUPERSEXO EN 3ª DIMENSIÓN (Amato Bozelli, 1983) - Antes de la polémica Saló o los 120 días de Sodoma (1975) de Pasolini había llegado (en 1986) esta película alemana del tano Bozelli (alias Walter Molitor), muy buscada y cuyo video original se anda ofreciendo en Internet, con precios que van de 50 a 100 dólares, ya que es muy difícil de encontrar. Se dio en el Luxor (que igual seguía siendo una especie de Área 51 para toda barra de amigos que quisiera ir a ver algo) pero sinceramente no recordamos que haya pasado luego por algún cine de barrio.


DINASTÍA (Chang Mei Chung, 1977) - Vaya uno a saber cómo esta película fue a estrenarse directamente en un cine Arizona que cerraría sus puertas poco tiempo después, a fines de 1988, ya que en ese momento la sala estaba dedicada de lleno a lo que eran las funciones con bonos escolares y liceales en vacaciones y, lamentablemente, se veía venir su cierre, ante lo que era el boom de los videoclubes. Quizás el distribuidor uruguayo de Dinastía, una espectacular película de kung fu, coproducida entre Taiwán y Hong Kong, no estaba entre los que manejaban los clásicos sellos norteamericanos y de ahí quizás que no pudiera conseguir lugar en una sala céntrica para ser estrenada. Según las averiguaciones que pudimos hacer, efectivamente el film pertenecía a una ya desaparecida distribuidora independiente, cuyo local estaba en la calle Yí.




PESADILLA 6: LA MUERTE DE FREDDY
(Rachel Talalay, 1991) - Al famoso asesino de la calle Elm se le estaban agotando las baterías y algo había que hacer para que la gente volviera a ver al tradicional adversario de nuestro querido Jason en pantalla y manteniendo sus buenos números en taquilla.


Acá hubo una cosa bastante particular, ya que las primeras tres cuartas partes de la película se podían ver perfectamente en 2-D… hasta que la heroína de turno se ponía los lentes en una de las escenas finales (con rayas azules y rojas, igual a los que te daban en la entrada) y ahí todos los presentes disfrutaban al menos unos minutos de los efectos, porque la película en sí era bastante floja (por suerte después apareció Craven y recompuso todo con La nueva pesadilla).


Esta secuela pasó por el majestuoso Cine Metro, que algunos meses antes había estrenado tímidamente Martes 13 VIII: Jason toma Manhattan (Rob Hedden, 1989), una de nuestras películas de cabecera, como para que entre al archivo del Museo de Arte Moderno de Nueva York.

La directora Rachel Talalay debutaba detrás de cámaras con esta sexta parte de Pesadilla en lo profundo de la noche (Wes Craven, 1984); luego haría el thriller terrorífico Alta tensión (1993) y la comedia futurista Tank Girl (1995; estrenada directamente en video en Uruguay y donde aparecía una por entonces desconocida Naomi Watts) para después dedicarse de lleno a dirigir capítulos para series de televisión. El coguionista Michael De Luca haría luego, entre otras cosas, el libreto de la lovecraftiana En la boca del miedo (1994) de John Carpenter.


Talalay fue la única mujer directora en toda la saga de Pesadilla...

Mini Espías 3-D
Las aventuras del Niño Tiburón y la Niña de Fuego 3-D

MINI ESPÍAS 3-D (Robert Rodríguez, 2003) - Otro caso más donde Rodríguez dispone de sus buenos dólares de presupuesto y hace una película flojísima, la peor de las tres partes y probablemente de toda su carrera (para colmo, a la salida del cine te pedían los lentes).

El niño espía esta vez tenía que meterse en un videojuego para salvar a su hermana, aunque antes debía luchar contra todo tipo de amenazas virtuales. La idea básica se parece muchísimo a la de Tron (1982), de Steven Lisberger, pero a esta secuela también hay que sumarle efectos 3-D apáticos, carentes de impacto, más una historia sumamente liviana y para nada entretenida, por encima de todas las apariciones de famosos que había (desde Ricardo Montalbán hasta George Clooney).

Cuando salió editada en DVD, el que la alquilaba tenía la posibilidad de llevarse los lentes para verla en su casa; claro está que luego los tenía que devolver al videoclub.


LAS AVENTURAS DEL NIÑO TIBURÓN Y LA NIÑA DE FUEGO EN 3-D (Robert Rodríguez, 2005) - El director mexicano vuelve a la carga con un nuevo trabajo en tercera dimensión, ahora a partir de una idea que le había surgido a su pequeño hijo, y acompañado en el guión por su hermano Marcel. Los resultados, si bien siguen sin llamar tanto la atención, mejoran un poco respecto a Mini-Espías 3-D.

Aquí los héroes del título, creados por la mente de un niño que venía siendo objeto de burla de parte de sus compañeros de clase, acuden hacia él para pedirle ayuda, dado que el planeta que también creara su mente, y donde viven sus nuevos amigos, se encuentra en serios problemas: una fuerza alienígena amenaza con dejar a ese nuevo mundo sumido en tinieblas.

Está claro que la historia es un poco más imaginativa (de todas maneras, hay un parecido con el argumento de El último guerrero espacial, de Nick Castle) y un poquito más dinámica, aunque los efectos en tercera dimensión siguen sin convencer y, como en Mini Espías 3-D, la capacidad de asombro queda relegada ante tanta nueva tecnología desplegada al momento de crear escenarios y sobre todo cuando entran a gravitar y de forma abrumadora los efectos especiales.



OTROS LARGOMETRAJES 3-D QUE NO LLEGARON A ESTRENARSE EN CINES URUGUAYOS

The Stewardesses (Al Silliman Jr., 1969) - Un film baratísimo (incluyendo una técnica para 3D que luego se usaría en posteriores trabajos durante el nuevo boom, en los ´80), donde no falta violencia ni desnudos, aunque la publicidad lo rotulaba como "una comedia dramática". Se comentaba que ésta película no tenía guión, que se hizo toda improvisada. Pero este no sería el único trabajo 3-D de Silliman, que en 1978 sí haría una comedia en 3-D que se llamó Surfer Girls, coescrita por el luego fotógrafo de Tiburón 3-D.

A*P*E (Paul Leder, 1976) - Aprovechando el lanzamiento de la nueva versión de King Kong (John Guillermin, 1976), en este film un gigantesco gorila causa pavor en las costas surcoreanas, apoderándose de una actriz norteamericana que estaba haciendo una película en el país asiático.

Revenge of the Shogun Women (Chang Mei Chun, 1977) - Del mismo director de Dinastía, ahora la acción pasaba para el lado de trece mujeres que se convierten en monjas, luego de haber sido atacadas. Pero también tienen tiempo para aprender kung fu, por lo que cuando salen del templo van a buscar directamente a aquellos que las habían humillado.

Los súper guardaespaldas (Wei Lo, 1978) - Una más (a esa altura ya llevaba actuando en casi 30 películas) de la etapa "seria" de Jackie Chan, que igual se guarda alguna parte graciosa, entre numerosas escenas de acción y mientras el protagonista debe escoltar a una mujer en un largo viaje. Curiosamente, sí hubo películas que aquí se estrenaron de Wei Lo y con Jackie Chan, pero ésta no.

Parasite (Charles Band, 1982) - Un científico crea una forma de vida que a medida que come crece en proporciones gigantescas. De las dos criaturas, una está dentro de su cuerpo, pero primero deberá matar a la que está fuera, antes que la que lleva consigo lo mate.

Rottweiler: Dogs of Hell (Worth Keeter, 1982) - Un grupo de perros "Rottweiler", entrenados por el ejército norteamericano para matar seres humanos, escapa y aterroriza un pequeño pueblo y un sheriff deberá defenderlo. Ese mismo año se estrenaba la interesantísima Perro blanco, de Samuel Fuller.

Amityville 3-D (Richard Fleischer, 1983) - Segunda aparición como actriz de una por entonces desconocida Meg Ryan y una de las peores y más aburridas películas de Richard Fleischer, aquí intentando causar escalofríos en la famosa casa embrujada, cuya película original tuvo una remake desastrosa.

The Man Who Wasn´t There (Bruce Malmuth, 1983) - Comedia en la que un hombre bebe de una sustancia que lo hace invisible y de ahí en más es perseguido por agentes que quieren apoderarse del novedoso líquido verde.

Sexcalibur (Dinin Dicimino, 1983) - Parodia en clave erótica sobre el film de culto de John Boorman, Excalibur (1981), sobre mujer que encuentra una máscara mágica y es trasladada a la Edad Media para seducir cuanto bicho se mueva.

Metalstorm: The Destruction of Jared-Syn (Charles Band, 1983) - Aventura futurista con mundo devastado cuyo héroe ayuda a una mujer a vengar la muerte de su padre. El legendario productor clase B, Charles Band, se sacó las ganas de hacer 3-D una vez más, y volvería a la carga casi 15 años más tarde.

Hit the Road Running (Worth Keeter, 1983) - Segundo de los cinco films que haría el director Keeter en 3-D, aquí con una comedia de acción inspirada en la popular serie Los Dukes de Hazzard.

Silent Madness (Simon Nuchtern, 1984) - Un psicópata escapa del hospital en que estaba para seguir con sus matanzas en un monasterio, siendo perseguido hasta por su propia doctora. Nuchtern fue director no acreditado de la famosa (y supuesta) película snuff, El ángel de la muerte (Michael y Roberta Findlay, 1976).

Hot Heir (Worth Keeter, 1984) - Keeter vuelve a la acción 3D, ahora con una película filmada, entre otros lugares, en una base militar abandonada que el gobierno de Estados Unidos usaba en la Guerra Fría. Si te gustan los aviones…

Chain Gang (Worth Keeter, 1984) - Cuarta película en 3D de Keeter, aquí sobre un vagabundo en busca de empleo que accidentalmente es acusado de una violación y enviado a la cárcel. Ahí se vengará (con bastante sangre de por medio) de los brutales maltratos que recibe apenas llega.

Tales of the Thrid Dimension (Tom Durham, Tom McIntyre, Earl Owensby… y Worth Keeter, 1984) - Y se va la quinta y última para Keeter en 3-D, ahora acompañado de tres directores más, que incursionan en el terror a través de tres historias (una de vampiros, otra de un cementerio maldito y la tercera sobre un psicópata en Navidad), muy en la onda de la nueva Dimensión Desconocida.

Hyperspace (Todd Durham, 1984) - Una comedia fantástica que evoca en clave de humor a la saga Star Wars; el héroe de turno aterriza accidentalmente en un planeta muy lejano a donde tenía previsto ir aunque igual se dispone a encontrar a su princesa.

Starchaser: The Legend of Orin (Steve Hahn, 1985) - Increíblemente esta aventura de ciencia ficción nunca se estrenó en cines uruguayos. Coproducida entre Estados Unidos y Corea del Sur, fue la primera animación hecha en 3-D de la historia del cine.

The Street Corner Kids: Secrets of the Twin Sister (Margaret Raphael, 1994) - Comedia infantil, coproducida entre Estados Unidos y Canadá. Tuvo una secuela que se llamó A Placed Called Elmira, un año más tarde.

The Creeps (Charles Band, 1997) - Comedia bizarra sobre científico loco que crea a famosos monstruos de la historia del cine pero algo sale mal, perdiendo el control sobre sus flamantes criaturas.




VER INFORME ESPECIAL SOBRE 3D (por Darío Lavia)




NOTA *: Los lentes que se exhiben en esa foto no son los que se daban en Montevideo, cuando se estrenó El Diablo Bwana, sino los que se entregaban en Estados Unidos. El colega al que hacemos referencia en el texto de la foto es Álvaro Sanjurjo, quien nos aportó algunos datos muy interesantes y desde el lugar de los hechos.


"El 2-9-38, acompañando al film 3 camaradas (que no era 3D) el Metro comenzó a exhibir Audioscopics (Audioskopiks, 1935) un corto en tercera dimensión. El mismo formaría parte de un lote de cortos 3D producidos en el 35 por la Metro.


Los lentes para ver El diablo Bwana se vendían separados de la entrada. Lo mismo ocurrió con Ticonderoga, donde se adquiría solamente la entrada y en el que los lentes que se vendían para la película de Arch Oboler también servían para el film de William Castle.
Cuando se supo que se iba a estrenar El diablo Bwana (Radio City 22-07-53) el cine Metro resucitó unos viejos cortometrajes en 3D (con lente rojo y verde o azul).


El 23-05-53 el Metro acompañó el estreno de Abnegación con el corto en 3D Asesinato en Metroscopix (Murder in 3D, de George Sidney, 1941). El Gran Palace, a su vez, exhibió en 3D Huellas en el infierno y como complemento, también en 3D, el corto Fantasmas (Spooks) con los Tres Chiflados.



En los lentes de El diablo Bwana se podia leer en su frente y en la parte superior: “MAGIC VUERS 3D MAGIC VUERS”. Como se entregaban sin doblar las patillas, sobre estas se lee “Fold Back Here”.


NOTA **: Queremos aclararle a nuestros lectores que el informe no incluye información sobre cortometrajes proyectados en 3D sino tan solo de largos. Obviamente, le agradecemos al colega Álvaro Sanjurjo su valioso aporte, y también a Jaime E. Costa, quien, como fiel testigo en el lugar de los hechos y según aparece en "Cinestrenos", hubo un largo titulado Sangaree (drama de Edward Ludwig, producido en 1953) que también se estrenó en 3D en Uruguay, cuando nosotros y según los datos recabados teníamos a esa película como que solamente se había estrenado en Buenos Aires (en tercera dimensión) y no en Montevideo. Pero al final sí se dio aquí en 3D, siendo la segunda y última película en tercera dimensión proyectada por el cine Radio City.


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