Una
vez más hemos elegido otra película
(la anterior había sido Breakdance)
que más bien tendría que estar en
la calificación de video clásico,
a no ser por algunos detalles curiosos, quizá
hasta algo graciosos, que repasaremos más
adelante. Las aventuras
de Chatrán llegó a estrenarse
en el ex Cine Censa recién a comienzos
de 1989 (recordar que fue producida en 1986) y
tuvo un éxito moderado, que se amplió
luego al video y repercutió tremendamente
en televisión. En Estados Unidos llegó
a recaudar casi 14 millones de dólares,
mientras que en Japón, su país de
origen, ya venía haciendo saltar las boleterías.
La historia fue
creada por el propio director nipón, Masanori
Hata, quien luego (co) realizaría Little
Nemo: Adventures in Slumberland (1992),
una animación muy elogiada, con participación
en el guión de Chris Columbus y Ray Bradbury,
que no pasó por cines uruguayos. Fueron
los únicos trabajos de Hata, famoso escritor
en su país de origen, cuya profesión,
muy bien remunerada, le permitió tener
su propia isla privada, desde la que estudió
durante cinco años el comportamiento de
sus queridos animales, antes de realizar su ópera
prima, Las aventuras
de Chatrán, donde incluso varios
zoólogos y entrenadores aportaron lo suyo
para el film.
Hay algunos motivos
por los cuales nos inclinamos a comentar esta
película. En primer lugar porque hace ya
unos pocos años el pobre Chatrán
falleció. En realidad se usaron varios
gatos para la película, pero el que más
veces apareció, por su comportamiento idóneo,
fue precisamente Chatrán. Por otro lado
es bueno resaltar que a partir de esta película
comenzaron a llegar otras, también con
animales aventureros en contacto con la naturaleza,
como la excelente El
oso (1989), del francés Jean-Jacques
Annaud, o la más fantasiosa Babe:
el chanchito valiente (1995), del australiano
Chris Noonan. Claro que Hollywood no estuvo ajeno
al hecho y por ahí se despachó con
productos irregulares (aparte de los que venía
haciendo Disney) como K-Nino
(Rod Daniel, 1989), Socios
y sabuesos (Roger Spottiswoode, 1989) o
las más conocidas Beethoven
(Brian Levant, 1992) y Liberen a Willy
(Simon Wincer, 1993). Mucho más tarde fueron
llegando otras pero de muy buena calidad, como
Volando a casa
(de Carroll Ballard, quien ya había hecho
El corcel negro)
o la más que simpática Mi
amigo Paulie (John Roberts, 1998).
TRAVESURAS
FELINAS
Las
aventuras de Chatrán está
filmada en escenarios realmente espectaculares
de Japón; cuenta con una banda sonora por
demás aceptable y emotiva (en realidad
es casi siempre el mismo motivo musical pero en
distintas variantes) y narra la historia de un
atigrado gatito que accidentalmente se aleja de
la granja donde estaba con su familia junto a
Pousquet, un perro amigo que sale en su búsqueda.
Por el camino de la vida vivirán las más
increíbles (y peligrosas) aventuras.
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Con
ustedes, Chatrán |
Títulos
multicolores, con huella de patita incluida.
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Con
ustedes, Pousquet, el amigo incondicional
de Chatrán. |
La filmación
comenzó en 1983 y duró cuatro años.
El resultado es por demás conmovedor; un
relato donde no aparecen seres humanos y en el
que los animales son los verdaderos protagonistas,
apoyados por una excelente fotografía.
Quizá sean temas algo elementales los que
aquí se tratan (el valor del compañerismo,
la familia, la tolerancia entre distintas especies),
aunque justamente es la manera que se elige para
transmitirlos lo que la distingue de otras posteriores
(y pobres) incursiones en la materia. Es evidente
que los "personajes" brillan de manera
muy notoria, ayudados también por tomas
(a veces muy mal montadas) que intentan hablar
por sí solas, sin que sea necesaria una
permanente voz en off que las explique.
Hay otra voz, además (perteneciente a una
mujer) que narra poemas con valor alegórico.
Los mismos aparecen en distintos pasajes de la
película y aluden a temas por demás
bienvenidos y que se relacionan al hecho de la
supervivencia en la naturaleza (los depredadores),
al quiebre definitivo (que en la película
es parcial) en la amistad entre el gato (que se
cruza con una gata) y el perro (al que no le queda
otra que marcharse y seguir su camino), y también
al natural desarrollo de la vida, la cual parece
paralizarse momentáneamente en el invierno,
para renacer siempre de un modo cíclico
en la primavera.
La gran mayoría
de los planos parecen ser concebidos estratégicamente
y logran con creces el objetivo de despertar tanto
la curiosidad como los sentimientos del espectador,
sin necesidad de descansar en la anatomía
de los animales sino en lo que ellos hacen permanentemente,
en las constantes aventuras y aprietos en que
se meten y en la interacción con esas buenas
(a veces graciosísimas) ideas que nacen
de la historia de Masanori Hata y que, por supuesto,
casi nunca se ven en la vida real.
THE TRUE
CHATRÁN STORY
Hay, sin embargo,
otra historia, una vez ocurrido el estreno de
la película, y que hasta ahora incluso
ha dado un poco que hablar. Las críticas,
curiosamente, no vienen por el lado de los niños,
sino por el de los adultos. Y es que no es difícil
notar que en varios pasajes se ve a Chatrán
y a alguno de los catorce gatos usados como extras,
enfrentados a peligros que perfectamente ponen
en riesgo sus respectivas vidas.
Se comenta que
algunos mininos murieron durante la filmación,
en especial cuando se buscaba el plano "perfecto"
para la escena de la caída al mar desde
un terreno sumamente alto; luego el gato, horrorizado
por verse sumergido en el mar (los gatos odian
el agua), intenta desesperadamente escalar la
escarpada pendiente rocosa pero cae una y otra
vez golpeándose contra las piedras del
fondo. También enfrentan a perros y gatos
contra otros predadores, como serpientes (la que
sería la madre de Chatrán sufre
una mordida jodida al salir a defender a sus crías)
y osos que se querían lastrar a Chatry
(que por ejemplo hacen pelota contra un tronco
de árbol a uno de los doce perros que se
usaron como extras; la escena se corta bruscamente).
También hay cangrejos cuyas pinzas agarran
el hocico de uno de ellos (se nota que el gato
sufre de dolor) y situaciones donde los animales
parecen ansiosos y asustados (continuamente doblan
las orejas hacia atrás y maúllan
de miedo). De ahí los cortes que se le
realizaron en Estados Unidos, donde hacer una
película como esta está prohibido.
Y es que aquí no hay muñecos ni
efectos computarizados. Todo lo que se ve es real.
Son varias las veces que los felinos se revuelven
en medio de olas y mares embravecidos, y hasta
en un momento son arrojados por una peligrosa
cascada. Claro; van en una caja de madera, pero
bien sabido es que las tomas con animales hay
que hacerlas varias veces para lograr alguna que
aporte satisfacción.
Hubo protestas
por el aparente maltrato otorgado a los animales
durante la realización del film, aunque
supuestamente un director que los adora no podría
permitir el fallecimiento de varios de éstos
durante la filmación de la película.
En la versión americana se agrega un enunciado
que dice que los animales estuvieron supervisados,
tratándose de velar por su seguridad. Pero
no niega que alguno de ellos haya sido herido
durante la producción del largometraje.
Hmmm.....
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INSTINTO
ANIMAL
- En un momento,
cuando Chatrán recién había
nacido y mientras estaba tomando leche con sus
hermanitos, Pousquet (también cachorro)
aparece con otro de su familia y, de pesado, saca
a los gatitos para robarles la leche y la comida.
Después Pousquet se acerca, haciéndose
el canchero y como que "acá no pasó
nada, man", para jugar con un desnutrido
Chatrán, quien luego aparece intentando
comer la mismísima corteza de los árboles
y hasta hongos que no se sabía si eran
o no venenosos. ¿Habrán matado de
hambre a propósito a algún gatito
del elenco?
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A
Chatrán lo encajan en una bolsa de
harina. |
Después
lo tiran a las olas. |
Y
por último emerge casi sin aire de
una chimenea. Ah, no; el guión dice
que está jugando a las escondidas
con Pousquet... |
- Con apenas tres
meses de edad Chatrán se trepa a un árbol
y entra a cachetear levemente con la patita a
un pobre pichón, muerto de hambre y esperando,
quizá, a sus padres y la comida. Pousquet
también entra a boxear, dando palo y palo,
a un escarabajo gigante (¿o era un rinoceronte
negro enano?) que iba de lo más pancho
por la granja.
- En una secuencia
Chatry juega a las escondidas con su amigo Posquet,
pero el montaje disimula bastante el hecho de
que al pobre gato lo metían en cualquier
lugar, obligándolo a salir por sus propios
medios: entre montañas de leña,
tanques oxidados, neumáticos, viejos portafolios,
bolsas de harina casi vacías y hasta una
angostísima y larga chimenea de cabaña,
de la cual emerge casi asfixiado.
- Hay una secuencia
donde Chatrán intenta robar los huevos
de unas gaviotas. Al fracasar, el pobre felino
es atacado por un montón de aves furiosas
y recibe más picotazos que Tippi Hedren
en Los Pájaros.
¿El resultado? Pregúntenle al montajista,
que, una vez más, cortó la escena
abruptamente.
- Chatrán
se encuentra con una gata blanca, por lo que a
su amigo Pousquet cada vez le entra a dar menos
bola. El perro intenta acercarse al fogón,
pero la gata le tira un par de zarpazos, como
diciendo "dejáte
de joder; borráte, gil". Al
pobre canino no le queda otra que irse; y para
peor lo espera terrible tormenta de nieve, que
deja a los propios cuervos patas pa´ rriba.
Chatrán, por su parte, se hace el oso,
para quedarse con su enamorada minina. ¿Será
esta la venganza de Chatrán, cuando Pousquet
le había afanado la comida?
- Acá sí
que nadie puede desconocer que a los pobres gatos
les hicieron la prueba de las siete vidas.
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Chatrán
dando palo y palo a un pichón hambriento. |
Como
castigo un cangrejo se le prende del hocico. |
El
reposo del guerrero: Chatrán entra
a cancherear con su flamante novia y deja
de darle bola a un sacrificado Pousquet. |
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LAS
AVENTURAS DE CHATRÁN (Koneko monogotari)
- Japón, 1986
- Dirección:
Masanori Hata. Guión: Mark Saltzman, sobre
historia de M. H. Duración: 83 minutos.
Calificación: Apta para todo público.
Doblada al español. Editó: RONLAY
Curiosidades:
En la versión americana
Las aventuras
de Chatránfue doblada por el
fallecido comediante Dudley Moore. Chatrán,
sin embargo, fue conocido como Milo, mientras
que Pousquet (su aliado canino) fue conocido como
Otis. De ahí el título para Estados
Unidos de The
Adventures of Milo & Otis.Ahora, ¿de
dónde salió el nombre Chatrán?
¿Quién fue el creador de este nombre
absolutamente gracioso para un gato? O, mejor
dicho, ¿en qué se inspiró
para ponérselo? ¿Qué quiere
decir Chatrán? ¿Es Chatrán
el sobrenombre de Christian Fulco? Es cierto que
son preguntas engorrosas, pero siempre dan lugar
a conjeturas...
La versión
que circuló en Japón duraba 90 minutos,
la de Argentina 94, la de Estados Unidos 76 y
la que ahora pudimos rescatar en video, aquí
en Uruguay, 83 minutos. No sabemos bien cuánto
pudo haber durado la que estuvo en cines nacionales,
pero probablemente haya sido la misma que anduvo
exhibiéndose del otro lado del charco.
En el DVD americano se ven los minutos cortados.
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